Redacción: Dani Luengo
Después de tres años de su último trabajo y con una periodicidad meridiana - Adam Granduciel se ha abonado a sacar LP cada tres años -, llega el esperado cuarto disco de The War On Drugs.
El listón lo pusieron quizá excesivamente alto, y tras los exitosos de Slave Ambient (Secretly Canadian, 2011) y sobretodo Lost in the Dream (2014), llegaba la arriesgada y ardua tarea de darles continuación. Para llevar a cabo este cometido, el grupo de Filadelfia firmó con Atlantic, y A Deeper Understanding es el primero de los dos álbumes acordados con el sello.
El disco vio la luz el pasado viernes 25 de agosto, hace dos semanas escasas, después de que la banda haya dejado caer hasta cuatro adelantos. Cabe resaltar que, a pesar de estar bajo el influjo de un gran sello, la producción la ha llevado a cabo el propio Granduciel, cuidando minuciosamente, como es habitual, cada uno de los detalles. Por suerte, no se sobrepasan límites en una producción que podría llevar al disco a una artificialidad en la que han caído muchas bandas llegadas a la cúspide, como es el caso, y sobretodo después de firmar un gran contrato con un sello/multinacional.
Entrando en materia, el primer single, adelantado en un lejano ya mes de Abril, fue Thinking of a Place. Nada menos que ¡11 minutos! de viaje con dos partes bien diferenciadas; la primera con unos riffs que recuerdan a los genuinos Wilco, para acabar dando paso a una segunda donde se rebaja el tempo y las pulsaciones de la pieza y de quien la escucha.
Haciendo hincapié sobre el minutaje, remarcar que todas las composiciones excepto una sobrepasan sobradamente los cinco minutos de duración, para acabar completando mas de una hora de trabajo que merecen una dedicada, profunda y pausada inspección.
El segundo sencillo que sirvió de adelanto, Holding On, es posiblemente el tema más luminoso de A Deeper Understading. Canción que bien podía haber firmado el Boss y que encaja a la perfección en el tracklist, dando continuación a la arrebatadora Pain, poseedora de un prodigioso riff final de guitarra.
En el resto de cortes, no hay prácticamente hueco para el relleno superfluo: Up All the Night pieza de apertura del disco, es una de las pocas ventanas de riesgo tomadas por Adam: los sintetizadores, presentes a lo largo del disco, ganan relevancia sobre las guitarras.
Destaca también Strangest Things, donde el vocalista acerca por momentos su voz a la de un Bob Dylan en momentos de sollozo. Según avanzamos, nos encontramos con la apesadumbrada Knocked Down, en la que vuelve a aflorar la melancolía y un halo de tristeza, pero que es levantada a tiempo por Nothing To Find, de estructura alegre y optimista, llevándonos a obtener nuevamente un contrapunto de texturas y emociones.
A Deeper Understanding cierra, elegante, con una melodía de atardecer como In Chains, y acaba rebajando el ritmo por enésima ocasión con dos temas que destilan calidez, como son Clean Living que explora diferentes horizontes y paisajes sonoros, y una crepuscular You Don't Have to Go.
Tras las primeras escuchas podemos estar tranquilos y afirmar: el reto ha sido sobradamente logrado. The War on Drugs ha mantenido la autoexigencia que les hace liderar su escena, la del rock con aroma a años ochenta. Quizá cabía esperar una evolución más acentuada, pero la fórmula sigue basándose en los matices que les han llevado a ser referencia del rock americano en la presente década. Composiciones cargadas de momentos intensos fundamentados en deliciosos riffs de guitarra, bajos imposibles, y el mimo por cada segundo, cada detalle.
En lo que respecta al respectivo tour, los americanos recién iniciaron en su ciudad natal una gira de dos meses que les llevara a recorrer EE.UU hasta saltar el charco. En Europa darán veinte conciertos, de los cuales varios ya han colgado el sold out.
Motivos y ganas de volver a verlos no faltan, pero por el momento no contamos con fechas en nuestro país.