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Monográficos dod: Todo el día en la 'chaise longue' con Wet Leg

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Wet Leg (2021)

Redacción: Fran González

No se ve todos los días un ejercicio de fe y convencimiento pleno como el que Domino Records ha hecho recientemente con este par de diamantes en bruto. Sin ni tan siquiera haber realizado un directo y con apenas unas demos, Rhian Teasdale y Hester Chambers, o lo que es lo mismo, las componentes del grupo de Post-Punk británico del momento, firmaron en tiempos pandémicos su primer contrato discográfico bajo el nombre de Wet Leg. Junto al sello encargado de acoger nombres tan relevantes en la escena como Arctic Monkeys, Franz Ferdinand, My Bloody Valentine o Blood Orange, Rhian y Hester ya han logrado estar en boca de los principales medios musicales de todo el mundo. La pregunta que todos nos hacemos es, ¿qué tienen estas dos chicas para haberse ganado en tan poco tiempo a la crítica y haberse posicionado en el visionario radar de un sello de estas magnitudes?

La fórmula, a priori, parece ser bien sencilla. Dos amigas, naturales de la costa sur de Reino Unido, que se conocen desde el instituto, y que tras haber compaginado diferentes trabajos paralelos en otras bandas, deciden que había llegado el momento de montar un conjunto musical propio. Afirman que, tanto la escena local de Isle of Wight, que es de donde son, como la influencia del mítico festival que tiene lugar en la región desde el principio del nuevo milenio, son el caldo de cultivo que las ha visto nacer y depurar su estilo único. Aunque a ellas les gusta concebir su ingenio como el fruto de un hermanamiento entre Jane Birkin y Ty Segall. Una elegancia afrancesada y natural sujeta al caos y a la juerga. Una personalidad que, literalmente con tan solo un tema en el mercado, ha conseguido que el público las abrace con devoción y esperanza, tildando su aclamado Chaise Longue como uno de los singles de debut más prometedores de los últimos años. La prensa musical británica las ha aupado al cielo de los artistas nóveles más sobresalientes de este año, con una entrega de confianza sin precedentes que ha provocado que el hype y la curiosidad se contagie por todo el mundo.

Esa línea de bajo que nos retrotrae por un momento a la escena electroclash de los 00's o el formato de pregunta y respuesta tan usual dentro del fenómeno punk “riot girl”, nos recuerda con agrado a esa mítica Deceptacon de Le Tigre y nos atrapa de una manera instantánea. Éstas son algunas de las bazas con las que Wet Leg juega y con las que ha logrado que su tema goce actualmente de una amplia y merecida visibilidad. Las propias Teasdale y Chambers confiesan que detrás de su estilo no hay secretos demasiado reveladores. El nombre de la banda proviene de una broma privada que, en palabras de las propias artistas, ha acabado no significando nada y significándolo todo –por lo pronto, sabemos que Rhian tiene una gota de agua tatuada en el muslo-. Así mismo, la inspiración para su single Chaise Longue vino sin más de la propia pieza de mobiliario que Hester Chambers heredó de su abuelo y en la que Rhian ha dormido infinidad de veces cuando se quedaba en casa de la primera. Por supuesto, y por si a alguien le quedaba alguna duda, la canción fue escrita mientras reposaban en dicha cheslón.

Como componente añadido a una receta de por sí ya destinada a cautivar al respetable, encontramos además unos finos y deliciosos golpes de ironía y humor ácido de lo más british en la lírica de las mencionadas. Entre dobles sentidos (“I went to school and I got the big D”), muestras de canalleo irreverente (“I've got a chaise longue in my dressing room and a pack of warm beer that we can consume”) o incluso guiños al film Chicas Malas (“Is your muffin buttered? Would you like us to assign someone to butter your muffin?”), Chambers y Teasdale han logrado conectar acertada y exitosamente con el público de su generación. La guinda del pastel corre a cuenta de Jon McMullen y Alan Moulder, conocidos por su trabajo con Arctic Monkeys, Foals o Beach House, y quienes se encargan respectivamente de la producción y mezclas del propio tema.

Al single le acompaña un cálido videoclip dirigido y rodado por ambas artistas, quienes en un formato totalmente casero tratan de recoger la esencia countryside de la campiña inglesa en la que ambas se criaron. La mirada penetrante y cristalina de Rhian Teasdale, los bailes asincrónicos e hilarantes de Hester Chambers –a la cual no podemos verle el rostro en ningún momento por culpa de un sombrero de talla extragrande-, el estilismo cottagecore y victoriano de sus indumentarias, o ese plano intimidante y casi cinematográfico desde el porche de la mansión estilo Tudor de la madre de Hester, son tan solo algunos de los elementos que componen la pieza audiovisual que filmaron para su, por ahora, único tema oficial.

De un tiempo a esta parte, las propias Rhian y Hester han podido testar su música en directo en diferentes entornos y llevar a lo largo del verano ese cachondo desparpajo que las define. Son diversos y afamados los escenarios que las han visto ya dar sus primeros pasos como formación, destacando entre varios el del Latitude Festival, Green Man o Bestival. Con la temporada de festivales dando ya sus últimos coletazos, las artistas de la costa sur británica han decidido trasladar su conquista personal de la escena a un tour por salas que no parece tener fin. Entre sus recientes bolos, hemos podido ver que el repertorio empleado, aun siendo escueto, escondía nuevas e inéditas pistas (‘TFOZ’, ‘It's Not Fun’, ‘Ur Mum’, ‘Wet Dream’, ‘Supermarket’, ‘Oh No’, ‘Angelica’), las cuales no hemos tenido aún el gusto de conocer, pero si son solo la mitad de buenas que ‘Chaise Longue’, el éxito está más que garantizado y nuestras expectativas por las nubes.

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