Sobre gustos no hay nada escrito, y mucho menos musicales. Pero si hay un lugar común donde más o menos todo tipo de oyentes se dan la mano es a la hora de confeccionar una lista con las mejores canciones para salir a correr. En éstas, por obligación, tiene que haber ritmo, energía, y actitud. Y es que el hecho de calzarte tus zapatillas, ponerte tus mallas, poner a punto el crono, y recargar la bebida isotónica puede volverse una tarea de lo más costosa cuando la pereza predomina por encima de todas las cosas.
Es en esos casos en los que la música sale al rescate y gracias a esas mejores canciones para salir a correr que todos tenemos en mente, comienza a salir de nosotros ese atleta que parecía dormido y absorbido por la desidia y la flojera. Tan pronto como empiezan a sonar en tus auriculares esos redobles salvajes, esos riffs eléctricos o esos beats alocados ya no hay excusa que valga y ni tú serás consciente de hasta dónde te llevarán tus pies.
Sabemos que lo que más cuesta es arrancar, el primer impulso, esa motivación divina que nos desperece de inmediato y calle cualquier voz interna y tóxica que trate de convencernos de no salir ahí fuera a comernos el asfalto a zancadas. Por ello no hay titubeos que valgan y debemos ir a lo seguro y directo. Si nuestros cálculos no fallan, una cuenta hasta cuatro, y la voz de Pelle Almqvist repitiendo hasta la afonía ese “come on!” deberían bastar ya para que estés apretando bien los cordones de tus zapatillas.
Aparte de que en su propio videoclip ya vemos una coreografía montada que bien podría ser una clase grupal de zumba, este tema principal perteneciente a ese magnífico Whatever People Say I Am, That's What I'm Not (Domino, 2006) ya nos pone de por sí a tono gracias a ese inmediato arranque con la acelerada percusión de Matt Helders dándolo todo y más y convirtiendo este icónico corte de los Arctic Monkeys desde su primer redoble en una invitación directa al desfogue enérgico.
Perteneciente a la banda sonora de una película ya de por sí inspiradora como es La Vida Secreta de Walter Mitty (2013), de quien parcialmente se hace cargo de su música el artista sueco Jose Gonzalez, la dupla de DJs estadounidenses The Chainsmokers logra insuflarle energía y vitalidad a la versión original gracias a unos beats vivos y salvajes que, sumados a los motivadores coros que la propia canción ya trae, generan un perfecto combo de emoción y adrenalina.
A lo largo de una carrera, es fundamental saber medir los tiempos y racionar bien el aliento, de lo contario corremos el serio riesgo de que nuestra particular sesión de running termine truncada antes de lo previsto. Así pues y de la mano de una de las muchas enérgicas canciones que la dupla australiana Confidence Man atesoran en su corta pero rica trayectoria, recordamos la importancia de respirar durante el ejercicio.
Quizás te esperabas que tirásemos de obviedades y te plantásemos el clásico remix de I Follow Rivers que The Magician hizo del hit inmortal de Lykke Li, pero la discografía de la sueca tiene vida más allá de sus temas principales, como también la tiene más allá de los remixes que hemos escuchado hasta la saciedad en discotecas y festivales. Una buena prueba de ello es este Gunshot, perteneciente a su tercer álbum de estudio I Never Learn, desdibujado por The Shoes y San Zhi y convertido en un ineludible temazo que nos situará prestos y dispuestos a salir a por todas.
Con su buen rollo innato, sus destellos de sintetizador que parecen sacados de los 80s, y su mensaje de superación personal, la banda estadounidense liderada por Nicholas Petricca y que toma su nombre de una mítica canción de The Police, nos planta este himno repleto de alegría y júbilo que es capaz de avivar hasta al espíritu más fatigado.
Pocos vimos venir en 2021 que íbamos a reivindicar el bakalao de tal forma cuando nos cayó encima y de improviso el apoteósico debut en larga duración de Danny L Harle. Un particular viaje en el tiempo repleto de joyas con las que el DJ y productor londinense logró hacer las delicias de cualquier fan trasnochado y acérrimo de Máquina Total, dándole una vuelta de tuerca a la cultura club y ofreciendo una nota de calidad a aquellas memorias que remiten sin remedio a chándales ajustados, cortes de pelo con forma de cenicero y macarreo feo. No obstante, su Harlecore es toda una inyección de energía que no negaremos que viene que ni pintada para reavivar las fuerzas cuando éstas comienzan a fallar.
El título del fabuloso segundo álbum de IDLES versa como Joy As An Act of Resistance (Partisan Records, 2018), y precisamente mucha resistencia es lo que nos va a hacer falta para hacer frente a una carrera en condiciones, si no queremos morir en el intento. Cualquier tema de esta genial banda de Bristol podría formar parte de una lista convencionalmente destinada a sacar nuestro lado más salvaje, pero este clásico contemporáneo que Joe Talbot y los suyos atesoran en su maravillosa discografía es el elegido para lograr alcanzar nuestras mejores marcas.
Si nuestro propósito es que la carrera dé de sí, lo mejor es que incorporemos en nuestra marcha tramos de cadencias repetitivas que nos envuelvan casi en un trance con el que nuestra mente logre desconectar y deje de contar kilómetros y resoplidos. Para ello, nada mejor que este I Go de la DJ y productora coreana Peggy Gou, uno de sus mejores temas y una genial manera de hacer que nuestras marcas no decaigan.
Como bien canta de forma vehemente y sentida la norteamericana Merrill Garbus, alter ego de Tune Yards, “I’m only human”, y es que tan de valorar es saber arrancar una carrera como también equilibrar los diferentes estadios de ésta (sobre todo, para que nuestro corazón no termine, precisamente, petando). Aquí, uno de esos temas que automáticamente ponen de buen humor y no nos harán perder el ritmo mientras también respiramos un poquito.
Hay clásicos que no pueden faltar en un recopilatorio de esta índole, y si nuestro propósito es colarnos con fiereza en medio de una ciudad atestada de transeúntes que no nos lo ponen fácil para circular y continuar nuestra marcha, lo mejor es que saquemos pecho y actitud de la mano de unos expertos en la materia, como son los geniales Beastie Boys. Un chute inmediato de catarsis y carácter que muy probablemente provocará que se nos escape un sonoro “listen all y'all, it's a sabotage” mientras nuestras zancadas nos levantan del asfalto.
Contradictorio que un tema que en su letra nos habla de estar repanchingados todo el día precisamente nos desate la energía necesaria para hacer todo lo contrario. En los últimos años, y cuando muchos dábamos por perdido el futuro del rock independiente y de la música guitarrera, aparecieron como tocadas por los dioses las maravillosas Rhian Teasdale y Hester Chambers, componentes principales de la dupla británica Wet Leg, y responsables directas de temas automáticamente inmortales e infecciosos como este Chaise Longue. Cuidado, porque incluso corriendo notarás que las cervicales se te pliegan de arriba abajo al ritmo de ese “on the chaise longue, all day long”.
Hay muchos himnos que nos harán sentir como dioses en lo alto de los cielos, o al menos como Rocky tras subir aquellas interminables escaleras. Sobre subir cuestas también encontramos ciertos paralelismos con este tema, firmado por el siempre recordado Avicii, de la mano de un videoclip en el que vemos a un angustiado oficinista ahogado en la rutina y entregado al baile, contagiando energía por doquier mientras escapa de su asfixiante realidad a golpe de beat y movimiento. Poco más hace falta justificar sobre por qué esta pista es primordial en una lista como ésta. Dale al play y simplemente deja que la energía y el buen rollo empiecen a hacer efecto.
El tramo final de nuestra carrera nos pide una canción con la que desgañitarnos hasta no poder más. Un último esfuerzo del que sacar de dentro nuestras fuerzas residuales y encarar con carácter y superación esos límites que creíamos inalcanzables. Con respecto a los temas encontrados en Only Revolutions (14th Floor Records, 2010), el que probablemente continúe siendo hasta la fecha el mejor trabajo de Biffy Clyro, nos daremos cuenta de que son exactamente el fuel que necesitamos para nuestro mencionado propósito.
Una carrera tan épica como la que nos hemos pegado bien se merece un final musical apoteósico que le haga honores; una conclusión que ponga un punto y final a este trayecto que logre erizarnos la piel y notar la serotonina hirviendo en nuestros poros. Podrían ser cientos los temas encargados de hacerlo, pero a nosotros nos viene a la cabeza este HEAVEN, perteneciente al debut de la dupla francesa The Blaze, que con voces tratadas, bajadas de ritmo sobrecogedoras y emotivos subidones de tempo no descartamos que hasta alguna lagrimita se nos escape.