Mala Rodríguez ha protagonizado en las últimas horas la polémica musical del pasado fin de semana. Y es que si el multitudinario concierto de Raphael en el Wizink Center de Madrid ha estado en boca de todos, las redes sociales han echado humo desde que la Mala anunciara a través de twitter que había abierto una cuenta en Onlyfans.
"Ya tengo onlyfans, podréis disfrutar de mis originales clases de drunk yoga y más cositas", anunciaba la rapera en su cuenta de Twitter, comenzando así una polémica con tantos defensores como detractores.
¿Y por qué tanta polémica? Pues básicamente, porque lo que molesta a muchos seguidores (o no) de Mala Rodríguez es que utilice una red social donde la mayoría del contenido que se publica es de carácter erótico o pornográfico, a cambio de una suscripción. Cada usuario de Onlyfans puede ofrecer a sus suscriptores todo tipo de contenidos, desde música, vídeos o imágenes de cualquier temática, aunque sí suele prevalecer el contenido para adultos.
La Mala, que recibió el año pasado el Premio Nacional de Músicas Actuales, se enfrenta ahora a una avalancha de críticas que seguro que traen cola. El precio de suscripción a su cuenta en Onlyfans es actualmente de 50 dólares.
Ya tengo onlyfans, podréis disfrutar de mis originales clases de drunk yoga y más cositas ❤️ pic.twitter.com/IdeNrWKSNF
— malarodriguez (@malarodriguez) December 14, 2020
Después de que en la entrevista a LaVanguardia dijeras que querías prohibir la prostitución... esto me parece un poquitín hipócrita. pic.twitter.com/8VZyFrcr8Q
— Tío Murray 🗽🐍𓅓 (@anon000001) December 15, 2020
Es libre de hacer lo que quiera, pero creo que no ha optado por el camino correcto, no debe de estar bien aconsejada.