Cuatro décadas, que se dice pronto, es lo que Echo & The Bunnymen se han propuesto celebrar por fin en nuestro país de la mano de su tour 40 Years Celebrating Magical Songs. Su particular y presente gira donde han querido rendir homenaje a esos discos que han significado el auge y el establecimiento de la formación como uno de los epítomes del post-punk británico a lo largo de los años.
Y es que a pesar de las adversidades, de sus idas y venidas, parones indefinidos y pérdidas irreparables, algo tendrá el relato oscuro y ambiguo de Ian McCulloch y Will Sergeant para lograr que la suya siga siendo una propuesta vigente y remarcable. Esquivo a la hora de hablar del futuro de la banda y centrado en el presente, que ya es bastante, atiende nuestra llamada el propio Will Sergeant, guitarrista y miembro fundador de Echo & The Bunnymen, a poco más de un mes de su reencuentro con las tablas españolas los próximos días 23 (Murcia), 24 (Valencia), 25 (Madrid) y 26 (Barcelona) de septiembre.
No mucho, para ser sinceros [risas]. Hemos estado tocando estas mismas canciones durante los últimos años, a excepción de un par de canciones que son nuevas, así que prácticamente se siente como una extensión más de nuestra gira habitual. Además, sabemos bien lo que la gente quiere y espera de nosotros cuando viene a vernos, y nuestra obligación es dárselo.
Sí, aquí lo tengo [muestra el libro a cámara], y de hecho, tengo buenas noticias, pues el próximo 24 de agosto publicaré un segundo libro, titulado ‘Echoes’ [me enseña el manuscrito sin portada, a través de la cámara de su ordenador]. Mientras que el otro está más enfocado a la escena punk de los 70s, éste irá enteramente dedicado a la banda, situándose temporalmente a partir del momento en el que Pete de Freitas se unió a nosotros, en el 79.
‘Echoes’ This book covers Pete de Freitas Joining the band. Recording ‘Crocodiles’ & ‘Heaven up Here’ First European, USA, Australia & New Zealand tours. Many unseen photos peppered throughout. Available for pre order here- https://t.co/IMMAW4GyDv Cover pic by @lespattinson1 pic.twitter.com/vpyFvUiDmg
— Will Sergeant (@Will_Fuzz) June 2, 2023
Pues aunque suene difícil de creer, pienso que tuvimos suerte de ser una banda pre-Internet, porque a diferencia de lo que pueda parecer, la globalización ha hecho que las bandas tengan mucha competencia entre sí. Hoy en día, todos los grupos tienen páginas en Facebook, Twitter, o lo que quiera que se use actualmente, y sí, pueden llegar a todo el mundo con más facilidad, pero también hay miles de personas intentando hacer lo mismo que tú y al final se acaba convirtiendo todo en una carrera de popularidad muy complicada y la gente está saturada. Quiero decir, es genial si sabes cómo utilizar todas esas herramientas a tu favor y lograr que finalmente te presten atención. Y en cierto modo me gusta ver cómo las bandas son cada vez más creativas a la hora de hacer vídeos, e incluso parece que los artistas tienen más control sobre su imagen y todo ese tipo de cosas. Digamos que esta evolución se siente como una bendición y una maldición al mismo tiempo. Pero sigo pensando que ahora mismo es realmente difícil llegar a la gente de forma significativa, a pesar de que se haya vuelto más fácil que nunca el hecho de ser músico o hacer música a partir de samples y tal. Ahora encima tenemos que preocuparnos por la Inteligencia Artificial. Así que insisto, creo que nosotros somos del todo afortunados por habernos establecido antes de que todo esto eclosionara.
Sí, totalmente. Creo que de hecho empezamos en el momento más adecuado. Musicalmente hablando, y en aras de hacer carrera, sin embargo, tampoco fue fácil en nuestros tiempos prosperar, pues a pesar de que el punk le abriera las puertas a mucha gente que apenas sabía tocar un instrumento, como yo, éste era un género predestinado a morir en muy poco tiempo. Fue realmente el post-punk, y las bandas que lo practicaban, las que lograron avanzar y sacar hacia adelante la música del momento. Ya sabes, U2, Simple Minds, The Cure, New Order… No hay ninguna banda de punk que a día de hoy les pase por delante a éstas. El punk fue fugaz. Apenas duró más de un año, para ser honestos. Pero sin duda fue la chispa para que miles de artistas entendieran que había otra forma de hacer música y ésta no pasaba necesariamente por replicar lo que guitarristas clásicos de siempre habían estado haciendo. Podías juntar un puñado de acordes y ya estabas dentro de la ola.
Oh sí, por supuesto, estoy al tanto de esta nueva ola de bandas emergentes que parecen estar replicando lo que vivimos durante aquellos años. Hay algunas bandas que son muy interesantes, pero por mi parte me cuesta conectar de verdad con ellas, ¿entiendes a lo que me refiero? Puedo apreciar lo que hacen, pero a fin de cuentas sigo teniendo como una cantidad enorme de discos por escuchar [señala las estanterías del fondo, repletas de vinilos] que realmente acaparan mucho más mi atención e interés. Y realmente, a pesar de que fuéramos una parte importante del post-punk, no es realmente este periodo musical el que más me interesa. Lo que me apasiona es la música de los años 60 y 70, e incluso la de antes, la de los años 50 y 40, ya sabes, cosas como el blues y similares. Así que, bueno, me cuesta encontrar algo actual que realmente llame mi atención.
Por supuesto, fue todo un hito para nosotros que nos pidieran telonear a los Stones, y mucho más en Anfield, pues era nuestra primera vez tocando allí. Mac [Ian McCulloch] estaba como loco, porque es un gran hincha del Liverpool. Yo, en cierta manera, también lo soy, pero por supuesto no me tiraré por un puente si pierden, ya sabes. Si te soy sincero, lo que realmente me entusiasmaba de la situación era poder ver a los Stones en directo, lo cual nunca había podido hacer antes. El problema es que fue complicado hacerlo desde el escenario y tuve que apañármelas para verles desde un lateral. Luego Mac y yo tuvimos la ocasión de charlar con ellos 15 segundos, pedirles una foto, y poco más. Tampoco habría podido decirles muchas más cosas con sentido porque, a fin y al cabo, son los Stones, ¿me entiendes? ¿Qué les puedes decir que no les hayan dicho ya cientos de personas antes, verdad?
Bueno, siempre es un poco incómodo que la gente no se moleste demasiado en descubrir qué haces o qué has hecho, más allá de la canción célebre de turno, pero las tocamos todas igualmente y de hecho, disfruto mucho haciéndolo. Somos conscientes de que hay gente que solo nos conoce por ‘The Killing Moon’, pero también queremos que comprendan que somos mucho más que eso. Sabemos que la gente viene a nuestros conciertos a lo que viene. Quieren escuchar ‘The Cutter’, ‘Villiers Terrace’, ‘Over The Wall’ y todas esas, porque son las canciones con las que el público creció, así que no tenemos problemas en dárselas porque, por suerte para ellos, nunca nos cansamos de tocarlas. Más que aburrirme de ellas, lo que a veces me preocupa es saber atinar con las notas correctamente porque es fácil confundirte. No bromeo, ¿eh? Hay ocasiones en las que tengo que mirar la guitarra para acertar con las notas correctas [risas].
Bueno, no hay que dejarse engañar por el sesgo retrospectivo. Ya sabes, es muy fácil a toro pasado pensar en que no deberíamos haber hecho esto y sí deberíamos haber hecho aquello, o viceversa. Pero lo cierto es que la banda no habría sido lo que es sin sus aciertos y sus errores. Sin duda, creo que cometimos bastantes errores aquí y allá, muchos de ellos auto-infligidos, pero todas las decisiones que tomábamos eran siempre en aras de no terminar pareciendo unos malditos vendidos. En aquellos días éramos unos auténticos fanáticos de The Fall y les veíamos como todo un ejemplo de integridad y de gente que no se vende. De alguna manera, intentamos imitar sus estándares de integridad, aunque ello fuera en ocasiones en detrimento del futuro y prosperidad de la banda. Pero creo que de alguna forma, ello también nos ayudó a fortalecernos y a asentar nuestra marca, si quieres llamarlo así.
Cuando empezamos te puedo asegurar que no daba un duro por nosotros y mucho menos pensé que íbamos a llegar tan lejos. De hecho, pensé que duraríamos como mucho un par de años o poco más. Estábamos viviendo el aquí y el ahora, preocupándonos por el presente y sin preocuparnos en exceso por el mañana. Además, como dices, nos salpicaron muchas desgracias. La pérdida de Pete y Jake fueron dos palos muy duros, pero todo el mundo sufre desgracias en su vida, o conflictos que envuelven a su familia y amigos. Es solo que, como pertenecemos al mundo del pop y del show business, pues parece que nuestras desgracias estén magnificadas, pero en el fondo no son más que circunstancias con las que tiene que lidiar cualquier ciudadano de a pie, y finalmente todos terminan saliendo adelante.
¿Fórmula? Bueno, supongo que saber dejarnos en paz el uno al otro cuando lo necesitamos [risas]. Ni yo salgo con Mac ni él sale conmigo, nos damos nuestro espacio y así no nos aburrimos mutuamente. También ha ayudado mucho tener tiempo personal entre bolo y bolo para dedicarnos a otras cosas. No somos esa clase de banda que toca de forma semanal, ni mucho menos. De hecho, eso nos habría matado como banda. Me encanta tocar en directo, creo que es el pináculo de nuestro trabajo, y adoro dejarme llevar por esas secciones improvisadas y extensas que se suceden entre canción y canción. Es algo increíble, pero precisamente lo es por eso, por haber sabido dosificar nuestra puesta en escena a lo largo de los años, permitiéndonos así que no nos hayamos cansado todavía de esto.