Tirando de su brillante y ya característico abc (feminismo empoderador, rabia contra el patriarcado y liberación sexual), Rakel Mjöll, Alice Go y Bella Podpadec logran trasladar toda esa energía y camaradería que exponen y generan en directo a las diez pistas que conforman su nuevo trabajo, haciéndonos sentir parte de su discurso, de su entrañable vínculo y de sus vivencias. Aprovechando el lanzamiento de su tercer disco, nos damos cita con el trío afincado en Londres para charlar sobre el falso progreso en la industria, lecciones de vida ofrecidas por abuelas y el especial vínculo y afecto que las tres se profesan.
Alice: La verdad es que fue la hostia de complicado, pero nos encanta comprobar que el esfuerzo ha tenido su justa recompensa viendo que ya hay gente como tú que se ha podido dar cuenta de ello. Para nosotras fue un ejercicio de abstracción muy grande, ya que trabajar en un estudio puede ser muy frío en ocasiones. No bastó simplemente con “imaginarnos que estábamos tocando en directo”, sino que implicó que incluso tuviéramos que grabar hasta en dos ocasiones las mismas canciones hasta poder lograr exactamente el espíritu de concierto que buscábamos alcanzar en el tono general del disco.
Bella: Para mí es un título con muchos significados, ¿sabes? Creo que se puede ver desde diferentes perspectivas. Por ejemplo, puede ser interpretado como una reflexión sobre ese tipo de cosas que hacen que la interacción social sea algo más tolerable, como el alcohol, entre otros. Pero en realidad va un poco más allá, y trata de abarcar el tipo de herramientas de las que se vale el sistema en la actualidad para fingir que todo está bien, cuando en realidad no lo está. Lo vemos a diario en el campo audiovisual, por ejemplo, donde cada vez es más usual encontrarte con intérpretes de color, intérpretes trans, intérpretes con discapacidad, intérpretes no-binarios, todos ellos escogidos muy a conciencia con el fin de representar un cambio que realmente no ha llegado, pues las instituciones y quien tiene poder de decisión en ellas siguen siendo las mismas personas. Esos pequeños gestos actúan como “lubricante social” para hacernos creer que las cosas están mejor y transmitir una falsa sensación de progreso, cuando en realidad no es así.
Rakel: Aunque siempre han sido temas que han rondado nuestra mente, no ha sido fácil darles forma e integrarlos en letras de canción al uso. Creo que había un deseo por retratar a lo largo de todo el disco esa tendencia de la sociedad actual de lucir presentable y perfecta en todo momento, aunque a la hora de la verdad ésta siga cometiendo los mismos errores de siempre. Un poco como ese anhelo generalizado de creer que todos salimos mejores y más concienciados después de la pandemia, cuando realmente no ha sido así. Sin duda, hay mucha rabia en el disco a raíz de ahondar en estas reflexiones, pero también hay espacio para el sentido del humor, pues al final también tenemos que hacer el esfuerzo por tomarnos las cosas de una forma más liviana y relajada.
Alice: ¡No te lo recomendamos! [risas] Realmente, es una canción que se siente un poco como tirar piedras contra nuestro propio tejado, pues obviamente nosotras somos músicas, prácticamente todas nuestras amigas se dedican también a esto, y casi toda la gente con la que hemos salido en nuestra vida han sido músicos y músicas.
Bella: Yo creo que la inspiración nos vino en la temporada festivalera, en esos momentos en los que, sí, estábamos rodeados de tíos y tías muy atractivos, pero a poco que hables con ellos te das cuenta de que son personas con un sentido de la vida de lo más condescendiente. Lo gracioso es que esta canción ha salido justo cuando he empezado a quedar con alguien que juró que nunca más saldría con un músico [risas].
Rakel: Particularmente, la siento como una manera humilde de reírnos un poco de nosotras mismas y del universo en el que nos movemos. Como dice Bella, una parte de la canción viene dada por esas situaciones que hemos vivido en festivales, pero también está parcialmente inspirada en una conversación que tuve con mi abuela. Ella es una mujer de lo más divertida y un día estábamos charlando y me soltó que estaba cansada de verme trayendo músicos a casa, así que me dijo que iba a invitarme a un crucero.
Rakel: Claro, eso pensé yo. Al principio le dije que claro, por supuesto, vayámonos juntas de crucero, puede ser muy divertido. Pero me dijo que no, que quería que me fuera yo sola y que conociera a personas con profesiones normales. Ya sabes, como las que nombramos en el videoclip. Un carpintero, un electricista… En serio, no podía parar de reírme con lo que decía.
Rakel: Eso le dije, en plan, “abuela, ¿en serio quieres que salga con un carpintero retirado?”. No tengo nada en contra de los carpinteros, que conste. Pero todo se sentía como muy sórdido en ese plan que me proponía. Así que le dije: “abuela, si estoy en medio de un crucero rodeada de gente mucho más mayor que yo, ¿con quién crees que voy a terminar socializando, en términos románticos?”
Rakel: Efectivamente. Así que ella misma se dio cuenta de que había sido una idea terrible. Pero vamos, que no lo decía en serio, a ella simplemente le gusta reírse de mí.
Rakel: Me marché a vivir con ella durante la pandemia y creo que, a pesar de las circunstancias que nos rodearon a todos durante aquel tiempo, se sintió como un regalo de lo más especial el hecho de poder haber compartido con ella aquellos días. Es una mujer de lo más divertida, como te decía, y debido a su experiencia, incluso me ha llegado a dar muchos consejos que he aplicado en mi profesión.
Rakel: Sí, justo estaba pensando en uno que me dio justo cuando la banda estaba comenzando a despegar. Me recomendó que siempre que estuviese arriba del escenario y actuando mantuviera los ojos bien abiertos, pues de esa manera estaré viendo en todo momento lo mismo que el público está viendo y la gente podrá ver lo que hay sobre el escenario a través de mis propios ojos. Si por el contrario finges una emoción o simplemente la bloqueas, la gente que está viéndote se quedará a medio camino de entender tu mensaje y no conectarán contigo.
Alice: Bueno, es una de esas canciones que puede tener muchos significados, dependiendo de quien la escuche y en qué momento lo haga. Para nosotras, es una forma muy personal de romantizar las pequeñas cosas que nos han sucedido a lo largo de este tiempo, y vino inspirada por ese momento tan duro que fue el hecho de tener que encerrarnos en casa durante la pandemia, cancelando así nuestro tour y dejándonos de ver mutuamente. Cuando escucho esta canción, recuerdo esos días en los que vivimos idealizando hasta la vivencia más absurda que habíamos tenido antes de la pandemia, lo cual fue de lo más insano, pero al mismo tiempo bello, pues nos enseñó a amar pequeñas cosas que antes no valorábamos demasiado o simplemente dábamos por sentadas. Pretende encapsular y romantizar lo mundano, y creo que es una canción de lo más bella precisamente por eso.
Rakel: Creo que es una de las canciones favoritas de Alice, de hecho. Tiene unos ciertos guiños a la estética de los 80s y de los 70s, en plan Blondie, que le gustan especialmente. Fue una de las últimas canciones que compusimos para el álbum, pero con ella nos dimos cuenta de lo mucho que mola cuando una canción capta a la perfección un momento preciso y es a su vez capaz de trasladarte exactamente a éste. Y me alegro de que a ti también te haya llamado la atención, pues es realmente mi canción favorita del disco. Te hace reflexionar sobre momentos que no van a volver y que para otras personas no son gran cosa vistos desde fuera de contexto, pero lo mundano es bonito.
Alice: Obviamente, estamos viendo muchas más conversaciones sobre inclusividad dentro de la música que hace unos años, por ejemplo. Pero cada vez que pienso en esto, recuerdo precisamente haber leído ciertas entrevistas antiguas a artistas femeninas de los 90s que ante preguntas del tipo “¿cómo se siente siendo una mujer en la industria musical?”, daban respuestas muy similares a las que damos nosotras a día de hoy, precisamente aludiendo a lo que Bella mencionaba antes de esa falsa sensación de estar progresando pero nunca llegando a nada, realmente. Por supuesto, es mucho más positivo que se esté hablando de ciertos temas de los que en los 90s, por ejemplo, no se hablaba, y entendemos que para solucionar el núcleo del problema se requiera tiempo. Pero es difícil discernir hasta qué punto el fenómeno de la diversidad es solo pura fachada.
Bella: Obviamente, estamos en un momento de la historia en el que es más fácil que nunca poder disfrutar de música realizada por mujeres, artistas trans y no-binarios o gente que encumbra la diversidad, como te decía antes. Y eso es fantástico, pero es muy duro admitir que la gente que toma decisiones y que tiene el poder sigue respondiendo al mismo arquetipo de hombre blanco hetero y normativo que está en el poder, lo cual nos impide confiar de forma plena en que los cambios se produzcan de forma honesta y no por puro interés. Más bien, nos hace creer que el sistema está roto.
Bella: La clave está en elegir bien a gente en quien poder confiar. Pero también en convencerte de que mereces ser vista y respetada. Por suerte para nosotras, también hemos podido dar con gente que respetaba nuestra forma de entender la música, nuestra visión artística y nuestro manera de actuar en este negocio, así que no todo está perdido.
Alice: Al hilo de lo que decía antes Bella, la cosa es que colaborando juntas ha sido cuando nos hemos dado cuenta de que somos capaces de mucho y de que nos merecemos de verdad todo aquello que nos llegue. Gracias a haber pasado tantas horas juntas en la carretera hemos aprendido a descifrarnos mutuamente, como entender cuando una de nosotras necesita espacio o un abrazo, y cosas por ese estilo. Nos ha llevado tiempo y mucho trabajo, pero hemos encontrado el equilibrio perfecto entre trabajo, amistad y espacio personal, y me siento muy orgullosa del tipo de unidad que hemos conformado juntas.
Rakel: Bueno, es como un matrimonio, ¿no? No nos llamamos Dream Wife por nada [risas]. La clave es la comunicación y adaptarse a los cambios, y creo que en ese sentido lo hemos hecho bien.