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Entrevista con Anabel Lee: Hablamos de Madrid, huevos estrellados, amor en pogos, reivindicar lo cotidiano y el color rojo

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Anabel Lee (2023)

Redacción: Alba Pla

El pasado 15 de septiembre, gran día de estrenos varios, Anabel Lee subieron la apuesta y publicaron su segundo álbum, primero con el sello Vanana Records, llamado Ganaremos Perdiendo.

Un año importante para el cuarteto catalán que busca llegar a más gente y demostrar de lo que son capaces. Después de nacer bajo la mirada atenta de una pandemia mundial, la banda se ven capaces de todo. Las once canciones del largo se nos han quedado cortas y hemos decidido escucharlos un rato más. Charlamos con Víctor, vocalista, y Perdi, bajista. Después de jurarles que no les iba a hacer las preguntas clásicas de “¿De dónde viene el nombre?” o el género musical con el que más se identificaban dimos comienzo a la entrevista.

Eentrevista con Anabel Lee

 

Hace ya diez días que publicasteis vuestro segundo álbum “Ganaremos Perdiendo”. ¿Qué tal? ¿Cómo está siendo?

Perdi: De momento súper bien. Hemos recibido un montonazo de buenos comentarios. De momento creo que ninguno negativo, cosa que nos extraña bastante. No hay “hate”, no hay nada y es como demasiado raro

Víctor: Vamos entrando cada día a twitter a ver si hay alguien soltando mierda, pero nada, por ahora no. Podría ser eso que te nombran, pero cambian una letra por un asterisco, pero como hay tantas vocales en Anabel Lee…

Claro, si os ponéis a probar todas igual no acabáis en un día. En “Drama en el Sonorama” habláis de cómo cambian las cosas con el tiempo. ¿Cuáles son las diferencias más grandes que veis entre la publicación de este disco y del primero que sacasteis? Ya no en sonido, que yo creo que se nota mucho que es más maduro y melódico, si no en sentimiento.

Perdi: El primero fue básicamente inmediatez de hecho se llama “Anabel Lee” porque pensamos que eso era lo más puro. Es lo que teníamos. Veníamos de un COVID, de hecho, hay canciones que se hicieron pre-COVID, todo va de la mano. Fue como: “mira va vamos a llamarlo así” y esto es lo que tenemos, más de momento no hay. Habían algunas cosas por ahí y claro, de repente fichas con Vanana Records, y también a nivel sentimental y a nivel emocional las cosas cambian. Pasan 3 años y todo cambia mucho hay una post-pandemia, los conciertos nos van llegando a cuentagotas y también nos frustra. Todo es más contenido para hablar de ello. A nivel mental ya no estás tan feliz, va bajando, hay varias rupturas emocionales en la banda y afectan a lo que es el contenido.

Víctor: Sí, tal cual. Hay ese crecimiento, cosas que pasan en la vida que al final acaban entrando en las letras y en todo lo que estás componiendo. Ya no en las letras, sino en el en el ánimo de las canciones. Al final pues si verdad que el disco es un poco más sentimental.

 

Al final es la suma de las experiencias de estos tres años lo que os ha llevado a hacer este disco con todo lo que tiene.

Víctor:  Una cosa buena también que identificamos ayer fue que estábamos hablando del tema y, claro, las canciones anteriores no desaparecen. Ahora hay peña que nos ha descubierto con este disco, y está compartiéndolo, diciendo “joder esta banda”. Empieza a llamar la atención las raíces del punk y toda esta actitud que traemos, cosa que no esta tan presente en este disco, pero es que tu escuchas este disco y luego puedes escuchar canciones anteriores. Las canciones anteriores no desaparecen y al final poco a poco estamos construyendo lo que es Anabel Lee.

Y hablando de cosas que cambian y puertas abiertas, a veces vas con una idea sobre una canción y en el estudio se transforma en otra cosa totalmente distinta. ¿Os ha pasado?

 Perdi: Sí. Básicamente la de “Drama en el Sonorama” que estamos hablando es una de ellas. La canción creo que al principio se llamaba “La mod”. Bueno, yo la tengo guardada como la canción mod. Víctor dijo: “hostia, se parece a los Beatles”. Era algo sesentero, y dijimos, va pues vamos a meterle cosas de la subcultura mod, ska, órganos Hammond… Nos dimos cuenta de que se nos estaba yendo la flapa, pero a la vez no. Era nuestra manera de componer. Cuando llegamos al estudio Carlos dice: “hostia esto está un poquito fuera de la onda, vamos a cohesionarlo. Tiramos más por el rollo de “Roma Caerá” que es el new wave que también nos viene perfecto.” Tenía más sentido. Sigue siendo lo mismo, pero ya no hay esos sonidos tan sesenteros sino más 80s, 90s, y esos toques que recuerdan más a los Cure. Y así muchísimas más.

 

Tiene que ser bonito echar la vista atrás a los primeros días de ensayo en el grupo y ver como estáis ahora. Más teniendo en cuenta que sois un grupo post-pandémico por lo que los inicios no fueron lo más fácil. Los conciertos con el aforo tan limitado, las sillas… ¿Ha sido difícil?

Víctor: Obviamente sí. Pero nunca hemos perdido el norte y siempre hemos confiado en el proyecto. Otra cosa era que cuando el COVID se pasara por malas etapas mentales, pero esas malas etapas nunca nos hacían perder la confianza. Igual perdíamos la confianza durante, yo que sé, un día, pero luego siempre confiábamos en el proyecto, nos lo pasábamos bien más allá de lo que la gente nos dijera de si el proyecto molaba o no. Locos no podíamos estar tío, esto molaba, esto funcionaba y era cuestión de continuar.

Perdi: Tiras atrás y dices: “hostia, que guay”. Siempre hemos tenido los pies en el suelo. Aitor siempre lo dice: “proletarios del rock”. Vamos a trabajar, vamos a seguir trabajando, no nos flipemos y si algo tiene que llegar acaba llegando. Pero siempre se sigue trabajando, se curra y se curra. En aquel entonces no se pudo conseguir muchos de nuestros objetivos o de nuestras ideas. Estaba una pandemia que jodió desde el más top hasta el más pequeño, pero como siempre, el más pequeño pillaba el doble. Los festivales se colapsaron de grandes estrellas. Siempre se primaba el que estuvieran petándolo porque claro, obviamente te pones en su piel y dices que vas a asegurar el tiro, vas a saber que va a haber un sold out y vas a ganar dinero. El pequeño siempre pillaba y pillaba, y bueno ahora de repente empezamos a ver cosas, y no puedes evitar pensar que, joder, si en aquel entonces no hubiese pasado esto seguramente muchas de estas cosas hubiesen sucedido antes. Pero sí, siempre con pies en el suelo y a seguir trabajando.

 

Hace cuatro días os confirmaron en el Sonorama. ¿Qué más cosas nuevas esperáis de este año?  ¿Tenéis algún objetivo?

Perdi: Objetivo como tal yo diría el de siempre. Que nuestra música llegue lo máximo de lejos posible y que a gente a la que no le llegó el primer disco le llegue y seguir llenando salas. Que en la gira de salas la gente se sume, que no le de palo y diga: “bueno pues me sumo, voy a verlos” y ver que en todas las ciudades en las que hemos tocado con Girando por Salas hay nuevas caras, que no sean siempre las conocidas. Eso significará que nuestra música y nuestro mensaje ha llegado cada vez a más gente. Ahí está ese el asunto para mí.

Víctor: Sí, ahora lo más cercano es lo que dice Perdi. Muy importante ver que funcione la gira de presentación del disco en la sala porque es una prueba de fuego. Al final un festi es de puta madre porque la oferta es muy amplia y es la época de ir a ver conciertos, pero ahora que llega otoño e invierno es necesario que la peña salga de casa. Que vayan hasta la sala y, yo que se, por ejemplo, si estás tocando en Madrid, o en otras ciudades que hayan muchísimas ofertas, que apuesten por tu concierto y no se vayan a otro de los cinco que hay el mismo día. A nosotros no se nos va la olla, sabemos que si un día hacemos un concierto y pinchamos, como se suele decir, que hay muy poca gente, no vamos a dejar de confiar en el proyecto. No pensamos “ya está, todo esto no va a funcionar, la siguiente sala va a estar vacía”, no. Pero anímicamente sí que necesitamos ver que funciona.

Claro. ¿Vosotros os lo notáis ya sea a nivel del propio concierto o anímicamente cuando estáis en un concierto y hay menos gente de la que esperabais?

Víctor:  Intentas que no. Yo creo que cada uno de los cuatro te daría una respuesta distinta. el otro día hablábamos justamente que esto es un viaje individual de cada uno como artista. Hablando por mí, yo a veces me consigo construir que si hay poca gente o la gente no está muy enchufada porque no se conocen las canciones o lo que sea y está un poco con cara de palo, pues enchufarme igual y quedarme con que al final, poco a poco, vas convenciendo a esa gente y ves que esa gente poco a poco se va animando y va perdiendo la cara de palo. Pero también es verdad que si desde el principio la sala está llena la peña que está súper enchufada pues estás ya tú también enchufado del minuto cero, y eso también se agradece. Lo guapo es llegar al escenario y no tener que pensar en nada, tío. No tener que decir “hay poca gente, no sé qué, no sé cuántos”, si no tener la cabeza en pasártelo bien y ya está. Pero hablando por mí, a mí no me afecta tanto que haya poca, si no que la gente por lo que sea esté súper quieta y súper seria. Si nos han puesto a tocar en algún sitio, por ejemplo, en donde el concierto es gratis pues hay mucho curioso. Hay mucha peña que piensan en ir y echar el día, va para allá y a lo mejor no nos conoce de nada. Ver tanta peña quieta en las primeras canciones se hace un poco palo. Perdi suele decir: “Venga va, animaos, que hace dos años bien que os quejabais con el COVID en las sillas, ¿ahora qué?”

Perdi: Voy a poner también un ejemplo contrario. A veces si hay mucha peña también puede afectarte, en el sentido que al final no somos tan conocidos como por ejemplo Ginebras lo son. Las hemos teloneado y era como, vale, tienes en la sala 2000 personas mirándote atentas a ti y eso también te afecta. Es lo que dice Víctor, el mood con el que se está tomando la gente tu concierto afecta mucho. Si ves que la peña está a tope tú también te motivas. Ves que no son, como yo los llamo en catalán “quirots”, o sea como palos, entonces claro sabes que son 2000 pero da igual la gente. Al final creo que es el mood, el ambiente, lo que el músico recibe, como esa gente está percibiendo el concierto. Así es como nuestra energía funciona. A veces también hay bolos que son “bolos de remonte”. Empiezas poco a poco y, como dice Víctor, vas remontando y remontando y contigo llevas al público y el público en si va remontando y animando también y en las últimas están a tope y piensas “joder, como hemos empezado que estaban todos de brazos cruzados”

 

Ya. ¿Y tenéis alguna canción que sepáis que si la tocáis la gente se va animar?

Perdi: Últimamente “Miedo y asco” está funcionando muy bien. La de “Natural para Vogue” también. Todas en general, las más animadas animan al público. Imagino que a veces la vergüenza también está ahí. Hay veces que ves a toda la peña atrás en los conciertos y dices “joder, venid, acercaos”, pero es como que les da vergüenza acercarse, que a mí me pasa con otras bandas.

Víctor: También hay una canción al principio del set que a mí se me hace evidente que, cuando hay gente muy seria o que no conoce la banda, “Concha Velasco” que suele ser la tercera o cuarta canción, hace que empieces a ver sonrisas, gente que se empieza a mover un poco. Es una canción que cuesta que te deje indiferente, porque es una canción fácil de escuchar, divertida, muy bailable, y ves que la gente empieza a decirse “hostia, esto está entretenido”. Hablamos del que no conoce la banda, el que conoce la banda desde la primera canción se mata, y eso es una cosa que también nos mola. 

Vosotros habéis querido transmitir mucho el mensaje de “pogos y diversión”.

Perdi: Últimamente estoy ya por abogar al contrario. A la peña le da vergüenza poguear. Y joder, a ver, diría que la gente no sale con un pie roto, pero sí, depende del concierto. Aitor por ejemplo le partieron el pie. Pero en nuestros conciertos no es así. Joder, el otro día tuvimos el ejemplo perfecto de lo que es Anabel Lee: mientras había un pogo dos personas se estaban comiendo la boca.  Era como “pogos, amor, amistad y diversión”. Hay de todo en nuestros conciertos.

 

¿Creéis que en cada ciudad se vive distinto el ir de concierto?

Perdi: Ha sido una cosa que nos ha sorprendido mucho. Yo tengo una astillita clavada: Barcelona. Barcelona no sé qué pasa vivimos a 45 minutos y dices, cómo puede ser que en Madrid llenes el doble de lo que se supone que es tu casa. O te vas a Oviedo y hay una sala que haces un sold out en Oviedo, y dices pero que se le ha perdido a mí allí, a la banda, y no sé. Por ejemplo, Barna cuesta, hay sitios que cuestan más o menos, supongo que también por cómo se vive la música y por la oferta y demanda, o simplemente por eso, porque nuestra banda llega más a según que ciudades se sienten más identificados con ese estilo de música.

 

Claro, yo os quería preguntar que por qué habéis decidido hacer la presentación del disco en Madrid, pero muchas veces hemos visto el caso de grupos que han tenido mucho más tirón en Madrid que es sus ciudades natales.

Víctor: Cuando hemos dicho de tocar en Madrid evidentemente hay una parte de, venga, porque sabemos que va a funcionar. El primer concierto de la gira fue en Madrid, que fue en la sala Sol, hicimos un sold out entonces sí que dices vale, es una apuesta segura, va a funcionar, pero yo creo que antes ha estado la emoción y el ánimo nuestro, es que en Madrid es casa. Vivimos en Barcelona, pero Madrid nos ha acogido desde el primer momento, hemos conocido allí una peña que flipas Más allá de que esté allí nuestra agencia y que esté todo más centralizado, es que, no sé, hemos encontrado allí nuestra familia musical y nuestro público. O sea, tenemos por toda España que nos flipa y tenemos un público en Barcelona espectacular y también una peña de puta madre, pero Madrid… No sé, poco a poco se ha ido convirtiendo en nuestra casa. En ningún momento creo que se plantee “oye, ¿presentamos el disco en Madrid o en Barcelona?”.

Perdi: Es que se vive distinta la música. No estoy diciendo que aquí se viva mal, estoy diciendo que aunque toques un martes, un lunes, un jueves o un viernes va a haber gente que se sume, va a haber peña volcada totalmente, y al final pues eso, es como nuestra casa. Bueno, pronto más de un integrante de aquí de nosotros dos nos vamos a mudar a Madrid entonces, claro, todo se acaba quedando allí. Es lo que dice Víctor, el sentimiento y la emoción que hay de hacerlo allí es muy bonito. Hay mucha peña de allí que nos aprecia, igual que en todos lados, pero no se decide allí también.

Con las giras se aprovecha y se hace un poco de turismo nacional. ¿Dónde creéis que se come mejor?

Los dos: El norte.

Perdi: Galicia, Asturias… El cachopo aquel estaba bestia, Víctor.

Victor: Sí, sí, sí. Por el norte. Porque ya no solamente hay calidad, si no también cantidad. Te ponen unos platos enormes, que es lo que a nosotros nos mola.

Perdi: También te voy a decir una cosa que es secreto de banda, bueno, se puede cantar a voces. Somos tan, tan, tan cutres que vayamos donde vayamos pedimos unos huevos estrellados o unos huevos rotos. Mira que hay gastronomía, pero es que te pillas al norte, al sur al este, al este y siempre ¿qué pedimos? hostia pues estos huevos me vienen de lujo y es como, joder mira que hay platos de la zona, pero no, siempre vamos a lo básico. Pero sí, yo creo que el norte gana.

 

Vosotros os metéis con los pijos, los influencers, y con la gente de mierda. ¿Creéis que la música debe ser reivindicativa?

Víctor: Sí. Bueno, sí que es cierto que yo hablo por mí, pero al final creo que la banda pensamos igual.

Perdi: Sí, pero. Sí que es verdad que no somos una banda full de letras políticas, full de reivindicación, como podían ser The Clash. Joe Strammer, por ejemplo, decía que la música es la manera de politizar las cosas. Nosotros no, pero sí que considero que tiene que haber ese contenido político y es la reivindicación.

Víctor: Bueno, pero también hay que reivindicar lo cotidiano. Hay gente reivindicando política, pero lo cotidiano también hay que reivindicarlo, y en eso poca gente nos gana. La reivindicación de la cotidianidad, del día a día. Al final ya se están los políticos matando por lo que se tienen que matar, que cobran, incluso. A mí me flipa la reivindicación política y hemos corrido delante de la policía aquí tanto Perdi como yo y los otros dos. Nos han perseguido más de una vez con las porras. Nos ha tocado y nos hemos partido ahí la cara. Pero en lo cotidiano también hay que pelear y disidir. Es lo que decíamos el otro día, la disidencia.

 

¿Si tuviera que haber un porcentaje entre sentimiento y disidencia cual sería lo idóneo? ¿Cómo lo partís vosotros?

Víctor: Para mí es un 50/50, porque para mí la disidencia también está en ese sentimiento. Es lo que decíamos antes: disidencia, reivindicación. Hablamos de luchas de derechos, lucha social, lucha de clase, política. También está la lucha emocional, la del día a día, la de “ey, ten responsabilidad emocional conmigo, intenta hacer las cosas bien, yo también merezco que me quiera, yo también tengo que aprender a querer mejor, yo también cometo errores”. Eso también es una reivindicación y también es una lucha. Para mí es un 50/50, y en nuestras letras si te fijas lo que hay es en casi todas o lamentarte o estar enfadado con algún tipo de sentimiento, o buscar algún tipo de cambio en eso que estás experimentando.

Perdi: También es lo que decimos. Nosotros somos como una banda de luchas. También luchar dentro de la música para intentar marcar desde nuestro punto de vista como el músico vive la música. Se supone que el músico debe ser el típico rockstar folleti que siempre está a tope cuando nosotros, mira, mostramos nuestros defectos y decimos mira, tenemos inseguridades. Tratamos a la gente pues, si no fuera por la gente que está ahí abajo del escenario y trabajando no existiríamos. Intentamos desmitificar ese músico que es como “oh, es el músico y yo estoy a sus pies” pues no, es un ser humano que llora, caga como cualquier otro ser humano. Vamos a desmitificarlo y vamos a ser un poco más humanos. También es una de nuestras luchas, ser un músico no accesible, si no más humano. Joder, somos humanos, somos personas, lloramos, reímos y en nuestras letras se habla de eso.

Víctor: Nos hablaba el otro día una persona muy cualificada de uno de los músicos más importantes de la escena independiente española, y nos decía que toda la vida ha sido muy gilipollas y un borde. Que no se quiere hacer fotos con los fans, no sé cuántos… Oye tío, ¿de qué pollas vas? “Es que se supone que soy un músico de la farra”. ¿Pero de qué me estás hablando? Nosotros también nos subimos al escenario y a lo mejor no somos tan importantes como tú, pero también nos dedicamos a lo mismo como para saber que ser un gilipollas o una persona normal es una elección.

Perdi: Pues ahí también está una de nuestras luchas.

(Se ríen)

Víctor: Estamos trabajando en un concepto, que es el músico agresivo… ¿cómo és?

Pedi: El músico tradicional de “venga nos vamos a por unas chicas, no sé qué”, en plan, yo me voy y me voy con mi pareja o con tus colegas y te vas tranquilamente y te vas a pasártelo bien, porque existen otras maneras de pasártelo bien que no son hincharte a droga y alcoholizarte. Pero claro, al músico rockanrolla estrella se le aplaude, pero a lo otro no. Al revés, seguramente se le ridiculice “ah, ¿por qué no estás haciendo esto o lo otro?”. Oye, pues porque vivo así la música, no me jodas.

Hay una entrevista de Paul Weller en el que le llaman rockstar y él dice: “no, yo no soy una rockstar, yo soy un músico”.

Perdi: Le tengo una contra a esto, pero esto ya es más hacia mí persona. Yo no soy ni músico, ni rockstar, soy punk. Ya no es ni músico. Se supone que ser músico está asociado a unas cosas, pero eso ya son mis paranoias y mis frikadas. Pero sí, hacemos música. Y mola que dijera eso Paul Weller.

Víctor: Ojalá fuera verdad. Que eso es otra, a la peña le gusta mucho decir cosas que quedan súper bien pero luego…

 

Dentro de la escena emergente nacional, aunque claro, emergente ya se le llama a cualquier cosa.

Víctor: Nosotros en nuestra cuenta doméstica somos muy emergentes.

Perdi: Si el año pasado a Ladilla Rusa les dieron un premio a grupo emergente y yo digo, si llevan ya muchos años. De repente Los Planetas van a ser un grupo emergente. Esto es otra lucha que tenemos. Pero sí, llevamos nuestros añitos y ahí estamos.

 

Bueno, que parece que cualquier cosa que no sea las Hinds es emergente. Volviendo al tema de escena emergente nacional, ¿quién creéis que tienen propuestas interesantes y que van a “llegar lejos”? Sea lo que sea eso.

Perdi: Yo es que estoy fuerísima de todo.

Víctor: Pues yo te podría decir… Es que estas cosas a veces cuestan porque como escuchamos tanta música. Te podría decir quizá Sistema de Entretenimiento, que estoy viendo que está empezando a funcionar bastante. Está teloneando por ejemplo a Biznaga en La Riviera, aunque creo que ni telonean, creo que es bolo doble. Y joder, los hemos visto en salas pequeñitas en Barcelona y son peña que lo da todo. Yo no los conozco personalmente para saber si son mejores o peores en el trato y tal, pero a mí me mola mucho su propuesta musical, es muy especial y se les ve bastante reales, y creo que la gente está conectando con esa realidad. A la gente le apetecía algo fresco. O sea, evidentemente viene de donde viene, que es ese post-punk ochentero que nos recuerda a muchas cosas pero ahora mismo dentro de la escena y del circuito en el que se están introduciendo para mi es fresco. Y me está de puta madre. Yo me vería un bolo de ellos cada semana. Es divertido.

¿Qué entendéis vosotros por llegar lejos?

Perdi: Se divide en muchas cosas, porque sí que es otra, ya no de nuestras luchas, pero sí de nuestros discursos últimos. Te das cuenta de lo difícil que es vivir de la música. Para mi llegar lejos… Claro, ¿qué es llegar lejos? Para mi llegar lejos sería dedicarme plenamente y día a día a la música. Lo que más me gusta que es hacer música. Para ello tristemente ¿qué necesito? Dinero. Que esto ya es una opinión personal pero cuando veo que alguien dice que se dedica plenamente a la música y dices ¿pero vives de ello?, y dice: “Sí”, ahí yo digo, joder, esa persona ha llegado lejos porque se puede dedicar 100% a lo que más le gusta y le llena en su vida que es hacer música. Para mí eso… Joder, no sé cómo decirlo. Puedes llegar lejos sin vivir de ello y hacer otras cosas. Más que nada es el concepto ese de vivir de lo que más me gusta hacer que es música, y si puedo hacer eso ya no es ni llegar lejos, es el sueño de mi vida.

Víctor: Para mi llegar lejos es el paradigma de Triángulo de Amor Bizarro, por ejemplo. Seguir siendo ellos mismos, hacer los discos que les apetece, están en un punto en el que la peña sabe perfectamente quienes son, sus conciertos funcionan de vez en cuando tocan en Latinoamérica, tocan en no sé dónde, y todo sin dejar de ser ellos mismos. Y su futuro inmediato a nivel de estabilidad lo tienen solucionado. La banda funciona, se lo han sabido montar y saben que van a poder seguir pagando sus facturas y sus movidas para poder seguir dedicándose a la música con la cabeza tranquila. Para mí eso es un buen paradigma y para mí eso es llegar lejos.  Yo no quiero ser Rosalía, ¿sabes? Eso es una tontería. Ahora, ¿dentro de cuatro, cinco o seis años estar en un lugar parecido a Triángulo de Amor Bizarro? Joder, ojalá. Me fliparía.

Perdi: Para mí mi sueño es poder vivir de lo que más me gusta. Y de toda la banda. Tanto Jordi como Aitor, si lo habláramos los cuatro ellos también dirían que su sueño sería dedicarse 100% a esto, y para ello pues hay que ser como los Triángulo y muchas otras bandas. Eso sería la hostia. Yo no pienso en números de “joder, me gustaría petar dos Wizink”. Es que me da igual. Quiero dedicarme a esto.

Víctor: Sí, a mí eso me la pela también.

 

Última pregunta y sin pensar mucho. Si el disco representara un color, ¿cuál sería?

Víctor: Rojo. Para mí es rojo. Pero no porque la portada  sea roja  de por si, eh. Si no, es que es rojo.

 

¿Por qué?

Víctor:  Porque es crudo.

Perdi: Imagino que porque también está asociando a encender algo. Como una llama. Está asociado a lo vivo y a la rabia, la disidencia. Es lo que dice Víctor, pum, rojo. El azul es más pacífico, pero el rojo es como alerta.  El rojo del Stop es lo que frena.

Víctor: Es eso. Es crudo. Al final a mí me cortan y va a salir rojo y si sigues profundizando dentro de mi cuerpo va a  seguir siendo rojo, y sacas más y más y más y va a ser rojo. Y eso es lo que es el disco.

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