Redacción: Felipe Martínez
La cantante y compositora danesa Agnes Obel estrena el próximo 21 de febrero su próximo álbum, Myopia. Hablamos con ella en los días previos a su lanzamiento y al comienzo de su extensa gira por Europa.
Lo más importante para mí es sentirme segura. No sentirme observada. Saber que puedo desaparecer entre mi móvil y mi trabajo. Así que, para mí, crear un espacio con pocos elementos irritantes es importante, incluso no tener internet en mi ordenador.
Me gusta tener las cosas apagadas. Tengo un micrófono que uso siempre. Me siento segura con ese micrófono como una forma de ritual entorno al que grabar y tener esa sensación de seguridad. Y cuando tienes eso, puedes desaparecer entre todo ello y crear una especie de “estado tranquilo” y, de algún modo, una simplicidad en torno a la cual crear un ritual.
Es increíble. Cuando piensas en el nombre de Blue Note es como, “Guau”. Aunque no sea músico de jazz espero encajar perfectamente en el sello. Pero sí, es increíble. Conozco todos los discos legendarios que se han editado en Blue Note, así que me siento muy honrada. La música está cambiando constantemente y está bien que quisieran firmar conmigo.
Cuando hablé con Don Was, jefe de Blue Note, me contó que fueron unos chicos de Berlín los que se mudaron a Nueva York a finales de los años 30 y fundaron el sello. Eran unos frikis de la música y también muy socialistas, por lo que elaboraron un manifiesto en el que señalaban qué tipo de artistas quería firmar con Blue Note. Era algo que no debía de ser afectado por las distintas modas a través del tiempo, sino que tendría que salir de los propios artistas, qué querían y qué no querían hacer.
Hubo gente como Thelonius Monk que, aunque los álbumes que grabó no tuvieron mucho éxito en su momento, luego sí que lo consiguieron porque él era un adelantado a su tiempo. En Blue Note han intentado mantener esta línea, así que Don me dijo que simplemente hiciera lo que quisiera. Pero aun así me siento muy limitada, es muy surrealista. Espero que no se arrepientan, deséame suerte [risas].
Tengo mucha suerte con Alex, me conoce y sabe cómo trabajo. Nunca tengo que explicarle nada porque sabe perfectamente lo que quiero. También tengo suerte de trabajar con Chad y con Kristina porque son mis amigos, por lo que podemos tener sesiones de grabación en las que todo viene de una forma muy natural. ¿Es un disco de jazz para ellos? No tiene que ser gran cosa, si algo no sale no pasa nada al hacerlo por diversión. Pero cuando funciona, es como si fuese un pequeño accidente feliz. No soy buena trabajando bajo presión.
Es algo que simplemente funciona, siempre trato de encontrar la mejor sensación durante la grabación y suele coincidir con los momentos más casuales, cuando estoy con amigos.
Creo que esta vez quería que todo fuese algo más orgánico. Citizen of Glass trataba más sobre la mente, así que lo representé todo mediante sintetizadores. En Myopia el instrumento principal tenía que ser mi voz. Y si tenía que representar como cambia mi voz en mi cabeza, o como mi memoria y mi cerebro cambian las cosas, entonces tenía que procesar mi voz, el piano y los instrumentos de cuerda de una manera acorde. Porque la mente es algo más orgánico de algún modo, pero también algo más procesado. Es algo diferente, pero para mí representa cómo funciona la mente.
Alex ha seguido la misma línea que he seguido yo, modernizando y procesando las cosas. Yo he realizado un proceso de modernizar el sonido y él ha intentado hacer lo mismo con las imágenes en el video. La portada es una especie de imagen en el centro, pero una imagen que no está siendo filmada. Así es como creas este estilo en un principio algo analógico. También creo que es un proceso que funciona de manera similar a cómo te ves reflejado en un espejo.
Es cierto. Me pasa desde que era una niña que es como un miedo a no ser capaz de dormir, más que realmente tener problemas de sueño. Ahora tengo problemas creyendo que es como mi cerebro pensando “Oh, no. ¡No puedo dormir!”
Sí, somos una banda nueva, más o menos. Tenemos un nuevo set, pero también tenemos elementos del antiguo, con todos los loops y los efectos en la voz. Está Kristina, que también tocó el violonchelo en el álbum. Yo toco el piano y canto. Siento que cada uno hace una cosa diferente en cada canción, lo cual me dificulta a mí ver dónde está lo diferente, ya que todo es distinto.
Agnes Obel actuará el 26 de marzo en Madrid y el 27 de marzo en Barcelona.