Redacción: Felipe Martínez
El músico y compositor Xavier Calvet (ex-Bullit) publicó el pasado 22 de marzo Crosswinds, su segundo álbum de estudio tras su debut Firebird (2017).
Con su nuevo material ya en la calle, hace unos días tuvimos la oportunidad de plantear a Calvet un cuestionario donde le preguntamos sobre el proceso creativo de este nuevo álbum y otras cosas muy interesantes. Aquí, la posibilidad de leer la entrevista:
Tanto Firebird en su momento como Crosswinds se caracterizan por ser álbumes muy personales. ¿Qué ha pasado en estos dos años entre ambos álbumes?
Si te refieres a nivel personal, ha pasado de todo, supongo que cómo en la vida de todos. Muchas cosas buenas y esperanzadoras, algunas complicadas, otras muy tristes y dolorosas. Escribo canciones desde mis sentimientos y a menudo quedan reflejados en ellas momentos precisos que he vivido y que ma hen tocado muy de cerca. Quizás eso sea lo que los hace más personales.
A nivel creativo no sabía lo que esperar con el primer disco, pero en seguida tuve muy claro que necesitaba decir más cosas en un breve espacio de tiempo. Los conciertos se nos hacían muy cortos con un solo disco que tocar. Así que mientras íbamos presentando Firebird empecé a darle vueltas a algunas ideas y en seguida salieron unas cuantas canciones. Dimos muchos conciertos con la banda y eso hizo que me diera cuenta de que no podía desaprovechar todo el potencial de que dispongo con unos músicos como los que tengo la suerte de tener a mi lado. Así que decidimos que era buena idea entrar a grabar un segundo disco, y poder alternar los dos en directo de ahora en adelante. Queremos disfrutar de tocar juntos, ahora mismo el proyecto está enfocado de esta manera. Mi proyecto en solitario, es una banda de seis tíos!
¿Por qué Crosswinds?
Intenté buscar un título que reflejara la sensación de querer avanzar en una dirección, y que una fuerza mayor te empuje hacia otra. Me he sentido así muchas veces a lo largo de estos últimos meses. Mi pareja, Coaner, encargada del diseño del disco, me lo sugirió y me encantó desde el principio. Me flipa la idea de los vientos cruzados, es muy descriptiva de lo que quería transmitir.
Aunque ambos álbumes tienen parecido, esta vez el sonido de Crosswinds vira en otra dirección. Aún así, es como si el álbum fuese ganando profundidad y emotividad conforme se va acercando al final. ¿Cómo ha sido el proceso de composición del disco?
No ha sido diferente al de otras veces, siempre lo he hecho igual. Intento dejar que salga todo de manera natural y las canciones van saliendo. Cuando tienes una nueva, te animas y pruebas otra y así van saliendo. A veces una en un mes, otras, dos en un día. Casi siempre llego al estudio con 15 o 16 ideas de canción y después de escucharlas elegimos las que tenemos más ganas de trabajar. Es muy emocionante ver lo que son las canciones en su version acústica primigenia y ver en lo que se convierten luego, cuando la mano de todos ha pasado por la canción.
Crosswinds tiene mucho de folk, pop y un sonido ‘americana’ que recuerda a The War On Drugs. ¿Cuáles han sido tus referencias en este trabajo?
Creo que más que para este trabajo, las referencias son del recorrido, de toda la música que he escuchado desde pequeño hasta el último grupo que he descubierto. Además van aumentando con la edad, porque todo lo que ya te gusta no dejará de gustarte y así solamente vas sumando. Lo que quiero decir es que cuando haces un disco nuevo llevas detrás el peso de todas esas referencias, y luego están aquellas que has ido descubriendo y absorbiendo más recientemente. Este es el caso, cómo bien dices, de The War On Drugs, que es un grupo que me conecta directamente con los Dire Straits sonando en el coche de mis padres cuando yo era un chaval. Son mi banda favorita ahora mismo y un gran referente de como un tío que hace canciones puede rodearse de una banda espectacular y crear cosas muy molonas.
¿Con qué tema te quedas de Crosswinds?
Ahora mismo les tengo mucho cariño a todos pero espérate unos meses y vuelve a preguntarme. Suelo destacar aquellos que me sorprenden, por ser temas que cambian mucho desde su versión inicial hasta que lo terminamos. ‘Fading In The Open’ es un buen ejemplo de lo que significa trabajar los temas en el estudio y ver las cosas que pueden salir.
Llevas mucho tiempo tocando con bandas como Bullitt y Jamie 4 President. ¿Es la música en solitario un modo de escape a las dinámicas y las tensiones de la convivencia de una banda?
No, en absoluto. Lo de tocar en solitario es más bien una necesidad mía de hacer música desde otra perspectiva (la del dictador, ejem) No, ahora en serio, es un poco lo que te decía del bandautor que escribe canciones y se apoya en unos músicos para darles vida. Lo curioso además, es que ahora resulta que lo hago con más personas de las que estaba acostumbrado en ningún grupo. Siempre tocar con amigos, para mí esa es la clave, ya sea en una banda o con mi proyecto (que lleva mi nombre pero que no sería posible sin todos los implicados).
El disco lleva ya unos días en la calle. ¿Cómo estás viviendo esta nueva etapa y las primeras críticas o comentarios?
Lo estoy viviendo en medio de una mudanza y de la re-apertura de un bar en mi ciudad dónde habrá música en directo. Ves porqué se llama Crosswinds? Es pronto todavía pero la sensación es que el disco le está gustando a mucha gente y que los medios parecen muy interesados, eso siempre es buena noticia. Pero la mejor noticia es que personas muy cercanas a mí me dicen que es mi mejor disco hasta la fecha, y eso me hace muy feliz. Ellos están ahí desde mucho antes de que yo mismo me tomara en serio.
¿Qué podemos esperar de Xavier Calvet a partir de ahora?
Yo espero que sobreviva. Y toque en muchos sitios, por supuesto.