Redacción: Fran González
Ser testigos de la maduración emocional y musical de una banda siempre es un placer, y más cuando el proceso es garantía de algo tan interesante como lo que Riley Jones, Louis Forster y James Harrison han hecho en su tercer álbum. Los australianos que manejan los hilos de The Goon Sax han cerrado ciertos capítulos personales en favor de abrir otros, han virado su mirada a otras fuentes de inspiración y han dejado que la vida les guíe en dirección a una transformación artística que respetase sus moldes originales.
Después de cuatro años de su último trabajo, vuelven de entre la bruma berlinesa con un tercer álbum de estudio bajo el brazo. Mirror II (Matador Records, 2021) no es solo un epítome de las experiencias recogidas en su tiempo viviendo fuera de Australia, sino también una prueba de fuego para la banda a la hora de renovar sus votos y desvincularse definitivamente de la categoría de nóveles.
RILEY: Realmente increíble. Ha pasado como un año desde que grabamos el álbum, y lo sentimos casi como si hubiera sido un sueño. Más allá de su renombre, fue también la manera en la que nos dejó ser nosotros mismos, sin presiones, sacando nuestro mejor sonido…
LOUIS: Sí, así es.
LOUIS: Bueno, ésa es otra historia que sentimos casi como un sueño. Es un sello que ha producido a algunos de los artistas que más nos han influido desde nuestros inicios. No sé, Yo La Tengo o Pavement, por ponerte solo un par de ejemplos. Se nos ofreció la oportunidad de firmar con ellos y aceptamos sin pensarlo.
LOUIS: En realidad, siempre hemos sido bastante abiertos respecto al significado de nuestros títulos. Nos gusta verlos como conceptos que toleran diversas interpretaciones. En esta ocasión, simplemente hemos querido jugar un poco más con las múltiples lecturas que el título podría tener
RILEY: Aunque también es cierto que hay un componente personal que está ahí. Siempre hemos escrito sobre relaciones pasadas y cómo éstas nos han afectado. Ahora somos conscientes de que eso ha provocado que hayamos reflejado nuestro dolor personal en otras personas, y al mismo tiempo sigamos buscando a esa persona que actúe como un espejo que muestre las mejores cosas de nosotros mismos. El álbum es ese lugar que hay entre un espejo y otro, y que a su vez genera multitud de reflejos entre sí.
LOUIS: Creo que en el pasado buscábamos una verdad más absoluta sobre el amor. Ya sabes, contando experiencias objetivas y personales. En esta ocasión hemos querido ahondar más en el concepto subjetivo del romanticismo, ya que, bueno, puede ser que haya un determinado número de personas que compartan una experiencia similar, pero nunca hay una verdad absoluta total que sea igual para todos.
JIM: Hay canciones en las que también hablamos sobre los peligros de perderte dentro de alguien, aislándote de todo lo demás, incluso de ti mismo, entregándote en tu totalidad a otra persona. Creo que ese sentimiento es muy común por desgracia, y muy fácil de caer en él.
LOUIS: Sí, definitivamente. ¿Sabes? Al principio, cuando me mudé a Berlín me mantuve bastante apartado de todos los clichés artísticos. Por ejemplo, nunca he estado muy dentro de la escena techno y house. Pero poco a poco, y a raíz de tener amigos que estaban bastante metidos en la electrónica, fui dándome cuenta de que tenía a mi alrededor un conjunto de experiencias que no había tenido hasta entonces, y poco a poco ese ambiente fue impregnándose en mí. De hecho puedes notarlo totalmente en el álbum.
LOUIS: Totalmente… eso es culpa de Berlín, sin duda. Allí tienes acceso a toda la clase de influencias que quieras. Viniendo de Brisbane, que no es un sitio demasiado grande, ya te puedes imaginar… Al principio estaba sobre-estimulado.
LOUIS: Sí, para qué veas hasta qué punto me ha influido vivir allí…
RILEY: Bueno, creo que Brisbane puede aportarte mucho desde ese punto de vista, si sabes buscar bien. Está claro que predomina la música comercial, pero también teníamos nuestro espacio, donde íbamos a ver conciertos, o a ver gente tocar en los suburbios y demás… Como bien ha dicho Louis, al no ser una ciudad demasiado grande, al final nos acabábamos conociendo todos. Aunque debo decir que no lo llegué a ver de esta manera hasta que me mudé a Berlín. Fue entonces cuando empecé a apreciar todas las cosas que Brisbane tiene, y de hecho, cuando estábamos en cualquier otra ciudad girando, siempre acababa echando de menos Brisbane.
LOUIS: Realmente no. A menudo se nos tilda de beber de bandas de corte clásico, y es cierto que venimos de ahí, pero también hay muchos otros nombres más contemporáneos que nos han acompañado y directamente influido. Esto igual no te lo esperas, pero durante la grabación de “We’re Not Talking” yo escuchaba mucho a Young Thug, Kanye, Nicky Minaj…
LOUIS: Ya, ¿verdad? Bueno, a lo largo de los años hemos acabado adaptándonos a toda esa mezcla de referentes de alguna manera. Pero por decirte un nombre más próximo, te diré que Jenny Hval fue una gran influencia en su momento para todos nosotros. Su forma de escribir, la manera de transmitir,… Escuchábamos su álbum “Blood Bitch” en bucle y nos voló la mente cuando la vimos en directo allá por 2016 ó 2017.
JIM: Así es, sí. El tiempo vuela.
RILEY: Sí, y no necesariamente en una manera positiva. Creo que la manera en la que la escena musical se ha entremezclado con Internet no ha favorecido mucho. Por ejemplo, mira Instagram y su algoritmo. No suelen favorecer la visibilidad de pequeños negocios o bandas emergentes.
LOUIS: Además, las redes son bastante exigentes. Para estar ahí y que la gente no se olvide de ti, se te exige con regularidad que escribas, postees, interactúes, subas vídeos… No me malinterpretes, creo que es algo definitivamente útil, pero también distrae y resta tiempo de hacer música. Empezamos hace siete años en esto, y la verdad es que algunos cambios no han sido del todo positivos, para qué engañarnos.
RILEY: Una muy divertida es que a los primeros conciertos teníamos que ir acompañados por nuestros padres en todo momento porque éramos menores (risas). Las leyes en Brisbane sobre el acceso de menores a salas de concierto son bastante estrictas. Literalmente, teníamos que estar bajo supervisión en todo momento. Un miembro de seguridad de la sala nos seguía a todos lados. Teníamos 15 minutos para montar nuestro equipo, tocar, y otros 15 minutos para desmontar y largarnos.
LOUIS: Exacto, teníamos un timing de lo más apretado. No podíamos ni quedarnos a tomar algo y ver al resto de bandas que tocaban después de nosotros. A menudo veo los posters de los primeros conciertos y digo “¿y estos quiénes eran?”, porque literalmente no pudimos verles tocar en su momento.Louis, ahora que mencionáis a vuestros padres, es difícil para mí no hacerte la siguiente pregunta.
LOUIS: Es una muy buena pregunta… No te voy a engañar, ahora mismo no me importa lo más mínimo pero en su momento llegó a frustrarme bastante y a generarme bastante inseguridad. A menudo, venían a mi mente pensamientos como que el hecho de que Robert Forster sea mi padre es el único atractivo que ven los medios en nosotros o que no me merezco estar donde estoy. De hecho, jamás lo mencionaba en ninguna entrevista o cosas así, porque no quería que los medios sacasen punta de ese ángulo nuestro. Pero a decir verdad, con el tiempo he aprendido una lección que todos acabamos aprendiendo tarde o temprano: que lo que opinen los demás de ti no debería de importarte una mierda. Aprendí a pensar así desde los 20 y me siento bastante libre en muchos sentidos desde entonces.
RILEY: Tenemos ya un tour programado en septiembre por Reino Unido, el cual esperamos ampliar a más lugares de Europa tan pronto como se pueda.
LOUIS: Nos encantaría. Siempre que hemos ido a España lo hemos pasado genial. Siempre he dicho que es el mejor sitio para girar. Madrid es alucinante y Barcelona me parece literalmente la mejor ciudad del mundo. De hecho, te contaré una cosa. En uno de nuestros conciertos en España, vimos por primera vez cómo la gente bailaba nuestras canciones. Pero bailar de verdad, sintiendo la música y perdiendo la noción de todo. Y fue entonces cuando dijimos, eh, quizás deberíamos empezar a hacer música que invitase más bailar. Y de ahí precisamente que nuestro nuevo disco sea más bailable, más electrónico.
LOUIS: Créeme, tan pronto como podamos.
JIM: ¿Sabes? Ayer tuve un sueño relacionado con nuestro nombre. Alguien escribía en una pizarra “The Goon Sax” y se quedaba rollo “pero ¿qué significa esto? ¡Qué nombre tan extraño!”
LOUIS: Joder, ya ves… Bueno, para quién no lo sepa, en Australia una “goon sack” es una bolsa hermética plateada que usamos para conservar el vino. Aunque en general, lo usábamos cuando éramos jóvenes para trasladar todo tipo de bebidas alcohólicas y llevarlas a los botellones.
RILEY: Yo iría a tope con whisky mezclado con agua de coco.
LOUIS: Totalmente, suscribo sus palabras. El whisky es mi bebida espirituosa preferida, me da la energía que necesito y no me daña demasiado la garganta a la hora de cantar, y al mismo tiempo el agua de coco anula un poco los efectos de la resaca. Así que sí, me uno al whisky con agua de coco. Tienes que probarlo.