No es que nos guste dárnoslas de caza-talentos, pues los chicos de Rococó no necesitaban precisamente que nadie venga a descubrirlos. Ya brillan ellos por sí mismos y con nombre propio, argumentando a través de su discurso generacional, catártico y sentido, las razones suficientes para confirmar que su debut, No Me Sale Querer, es todo un toque de atención a la escena y un reclamo de obligatoria escucha.
Cuando uno se adentra en la honestidad que supuran las letras de este cuarteto compuesto por Aníbal, Nacho, David y Álex, no solo se tiene la sensación de estar viajando en el tiempo, gracias a su poso nostálgico o a las evidentes referencias a ese sonido emo estadounidense de los 90s; sino también se siente como si alguien nos invitara a quitarnos de encima todo aquello que nos aprisiona el pecho, dándonos la oportunidad de que, al menos durante sus emotivas nueve canciones, no recordemos lo que allí fuera nos atormenta. Sobre este extraordinario debut, del que ya os garantizamos que dará mucho de qué hablar, ha querido charlar con nosotros Aníbal, vocalista de la formación madrileña.
Creo que el principal rasgo en favor de nuestro trabajo es que es muy sincero. A fin de cuentas, hemos hecho lo que nos ha dado la gana en este disco. No hemos atendido a consideraciones estéticas, ni valorado si esto iba a quedar mejor o peor. Por ejemplo, con el último single, ‘No Me Sale Querer’, todo el mundo me decía que no lo veía para single, que tardaba mucho en romper. Pero no sé, nosotros creíamos a full en ese tema y apostamos por nuestro instinto, al igual que en el resto del álbum.
Yo diría que aún lo estamos buscando. De hecho, creo es algo que ni siquiera dejas de buscar nunca. Si siempre estás escuchando música nueva y encuentras referencias nuevas que te molan, tu estilo se va alimentando de éstas. Nosotros, por ejemplo, al principio hacíamos algo más cercano al tonti-pop, y ahora tocamos cositas más duras. En el futuro, quién sabe. A mí por ejemplo, me ha volado la cabeza últimamente el hyper-pop, y gente como Rojuu me ha roto los esquemas por completo. Cuando ves que gente como Carolina Durante han podido mezclar su estilo con el de gente como Orslok y con ello han hecho un temazo juntos, pues yo me paro a pensar y creo que el día de mañana podríamos hacer algo similar, ¿por qué no?
Pues ha costado bastante, la verdad. Hemos desechado muchas canciones por no ser, precisamente, lo suficientemente sinceras, o por hablar sobre cosas con las que no me sentía del todo cómodo cantando. Ha sido un proceso largo, pero creo que vamos en una buena dirección. Al principio hablábamos de cosas más banales y ahora apuntamos a temas más durillos. También depende del momento en el que te encuentres y lo que quieras transmitir, supongo.
Exacto. El disco es muy catártico, en todos los sentidos. A mí, personalmente, me ha supuesto la oportunidad de liberar mucho lastre y de decir muchas cosas que de otra manera no habría podido decir. De una manera más o menos directa, creo que la música va de eso, de contar cosas de verdad. Si un artista no tiene nada que decir pero se ve obligado por compromiso con su sello a tener que sacar un nuevo disco, eso a la larga se nota.
Nos hemos vuelto mucho más individualistas, de eso no hay duda. Hablando mal y pronto, el sexo está muy guay y se disfruta mucho, pero luego nos cuesta mucho confiar en otras personas en lo que respecta a ir más allá, enamorarnos o priorizar a esa persona con respecto al resto de ámbitos de tu vida. Yo lo veo con mis propios ojos en mi entorno, conozco muy pocas parejas que confíen las unas en las otras y con respecto a otras generaciones tenemos un sentido de la privacidad y la intimidad mucho más desarrollado, lo cual dificulta que nos enamoremos como antes. Además, yo concibo el enamorarse como una carrera de fondo, un proceso diario para el cual quizás ya no tenemos tanta paciencia.
Sí, pecamos de ello, no hay duda. Tenemos muy adentro metido lo de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Para mí, personalmente, la etapa que recuerdo con más gusto es la infancia y la adolescencia, pues aunque esté llena de cambios y se pase por torbellinos emocionales muy chungos, es a fin de cuentas el momento en el que menos responsabilidades tienes y mejor te lo pasas con los colegas, y demás. Es una etapa de descubrimiento, donde empiezas a darte cuenta de las cosas que verdaderamente te gustan y de qué tipo de vida quieres llevar. No sé, me encanta esa etapa, lo confieso.
Hostia, esa pregunta es buena, ¿eh? [risas] La verdad es que no lo sé, el tiempo dirá, supongo. El deje de ser nostálgicos creo que siempre nos acompañará, la cosa está ya en si sabremos darle la vuelta y hacer de ese sentimiento algo mejor y productivo, o hundirnos moralmente del todo. Por ejemplo, C.Tangana ha hecho quinientas canciones sobre Rosalía, y las escribía desde la nostalgia, pero también, muchas de ellas, desde la superación, y además ello le ha permitido presentar una evolución artística impresionante con la que demuestra que lo que hace ahora no tiene absolutamente nada que ver con lo que hacía con Agorazein hace años, por ejemplo. Así que así veo yo la nostalgia, como algo que puedes emplear para bien o para mal, y en nuestro caso concretamente, pues será el tiempo el que determine qué uso le daremos.
Las críticas son necesarias siempre. En esta industria parece que hay un acuerdo por no hablar de algo tan obvio como es el hecho de que hay bandas que se lo curran más que otras, y eso es así. Independientemente del estilo, que eso ya va a gustos, creo en una crítica tiene que haber sinceridad, porque si no así estamos luego los que leemos los medios, que no sabemos ya ni de quién fiarnos porque ninguno es veraz o directo. Bien no creo que vaya a sentar una mala crítica, eso también te lo digo, de hecho de mí han dicho que canto mal. O que incluso somos la versión mala de Biela [risas]. Pero bueno, no soy nada partidario de censurar a los medios, en absoluto. Todo lo que se nos diga, trataremos de aceptarlo con el fin de mejorar dentro de nuestras posibilidades.
El principal inconveniente es que, directamente, no tienes acceso a los festivales. Ni grandes ni pequeños. Y no entiendo muy bien por qué los festivales no contratan bandas freelance, si te soy sincero. Desde mi óptica, creo que si hay algún slot libre y la música de ese grupo te mola, ¿qué problema hay que éste no tenga sello para poder contratarlo? Recuerdo que hace un año o así escribí a varios festivales, de todos los tamaños, ofreciéndoles la posibilidad de ir a tocar. Prácticamente ninguno nos contestó, salvo alguno y para darnos largas. No entiendo por qué tienes que ir de la mano de un sello para lograr que un festi te contrate, de verdad. En todo lo que respecta a lo demás que envuelve la carrera de un artista, puedes totalmente prescindir de cualquier management posible, tú puedes hacer tu música, grabarla, editarla, distribuirla… Pero lo otro no. Lo otro es una cuestión de medios, y sin esa posibilidad de proyectarte y ganar visibilidad, despegar se vuelve muy difícil.
La cosa es que tampoco es algo que depende de nosotros, ¿sabes? Alguna vez nos ha llegado alguna oferta, pero no han sido cosas que nos hayan llamado exageradamente la atención, si te soy sincero. Ahora acabamos de contratar a nuestro nuevo mánager, con el cual estamos muy contentos, pero a fin de cuentas todo lo movemos nosotros. De hecho, la gira nos la hemos montado nosotros, con bandas locales que nos molan y ejerciendo nosotros de bookers. Por nuestra parte, no es que nos cerremos en banda a entrar en esa rueda, es que simplemente no se ha dado aún el caso de recibir una oferta que nos permita ni planteárnoslo como tal.
Evidentemente, a todo el mundo nos gusta que nos escuchen, pero nos buscamos triunfar con este disco a un nivel mainstream. Somos conscientes de que este género tiene sus limitaciones, así que a fin de cuentas lo que buscamos con esto es poder disfrutar y volver a tocar juntos después de estos años pandémicos tan jodidos. Al final, en la banda somos todos colegas de toda la vida y pasar ese tiempo juntos, viajando y conociendo peña, es lo que realmente se valora de esta experiencia.