Redacción: Fran González
Miguel Ros es de esos inquietos y multi-disciplinares talentos que han logrado sacarle rentabilidad al mero hecho de no saber estarse quieto. Divide su tiempo y pasión entre la fotografía, el arte visual y la producción musical, y parece estar dispuesto a querer despuntar con acierto en todo aquello que se propone.
Nacido en 1991, este prolífico artista ha sabido ver en la creatividad la ventana perfecta para dar rienda suelta a su visión personal del mundo. Debemos mirar más de una década atrás para localizar los primeros pasos que este joven afincado en Madrid dio detrás de su alter ego, Miqui Brightside: el nombre con el que comenzó su andadura fotográfica en internet y que a día de hoy todavía le acompaña como marca personal de su proyecto musical.
¿Ah, sí? ¿Cómo es eso?
Wow. Madre mía, sí que ha pasado tiempo desde entonces…
Pues yo diría que hay dos motivos que lo explican bastante bien. El primero es que, si ya conoces más o menos el tipo de foto que solía hacer por aquel entonces, recordarás que solía ser usual ver personas en mis fotografías. Ese proceso creativo implicaba depender de la otra parte para casi todo. Poco a poco me di cuenta de que haciendo música dependía única y exclusivamente de mí mismo. Es solo un detalle, pero para mí significaba bastante. La música empezó a ser algo solo mío, sin necesidad de implicar a terceros ni depender de ellos. Algo que podía hacer incluso desde mi propia habitación.
Éste probablemente sea el más importante. Mi Flickr empezó a funcionar bastante bien, y al poco tiempo empezaron a contactar conmigo varias agencias de publicidad para trabajar en diferentes marcas y proyectos. Empecé a trabajar de fotógrafo a saco. Obviamente la publi está muy bien pagada, pero es muy exigente. Y empecé a darme cuenta de que después de estar toda la semana currando, dejé de tener ganas de salir con la cámara y de hacer fotos en mi tiempo libre.
Exacto. Me di cuenta de que acabas idealizando cómo sería el hecho de trabajar desempeñando cualquier tipo de arte. Tiendes a fijarte en la gente grande que te mola y te inspira, y piensas que tu vida va a ser como la de ellos también. Y realmente, llegar a eso implica demasiado desgaste.
Sí, la verdad. Lo de la música definitivamente lo estoy enfocando desde una perspectiva más calmada. Y aún así está yendo realmente bien, no puedo quejarme.
Pues muy al principio, cuando empecé a usar Ableton, me inspiraba mucho Slow Magic –e incluso llegó a echarme una mano con algunos temas. Ese rollito chill-wave minimalista suyo me tiraba un montón por aquel entonces, e incluso llegué a conocerle en persona. Luego ya evolucioné por otras vertientes, pero en su momento sí recuerdo que él me marcó mucho.
Sí, realmente empecé haciendo electrónica instrumental pura, pero llegó un punto en el que empecé a sentir la necesidad de explorar otros estilos y a experimentar con los sonidos. Me lancé a enseñar algunos de mis beats a amigos y demás, y así comenzaron a surgir las colaboraciones. Todo fue bastante natural y espontáneo. Pero sigo haciendo cosas sin implicar a terceros, como mi tema más reciente.
Realmente el tema está 100% listo ya, y no debería de tardar mucho en sacarse. El problema es que una vez cerrado, se me metió en la cabeza la idea de añadirle a la pista una grabación externa de barullo conversacional y castizo, como el que podría remitir y transportar a una terraza o algo así. Algo tradicional y cercano. Y ando liado con eso.
Sí, es cierto. Es un recurso que siempre me ha parecido muy bueno en los temas de electrónica. Recientemente estoy siguiendo a un artista turco que se llama Aleksandir que en sus trabajos más recientes tira mucho de esto, y me parece brutal.
Pues te diré dos. El primero es Channel Tres, que lleva un ritmo de colaboraciones tremendo, lanzando un tema nuevo cada semana, prácticamente. Quizás, con un poco de suerte si le escribo, la próxima me pueda tocar a mí (risas).
Pues a nivel nacional… Alguien con quien ya hemos empezado a hablar algo, y creo que tarde o temprano acabará sucediendo, es María Escarmiento. Creo que ese lado oscuro suyo a nivel vocal podría quedar muy bien en un tema de electrónica suave o de downtempo.
Pues es una pregunta frecuente que nos hacen a los DJs y es complicada de responder, porque una sesión a nivel sonoro es muy amplia. Suelo decir que pincho dentro de un bpm alto, con bases cercanas al hip-hop y al trap, pero al mismo tiempo mirando de reojo a grandes como Kaytranada o Jamie xx. Me gusta pensar que lo que pincho no es únicamente música de baile, si no que intento ir un poco más allá.
Sí, algo así. Personalmente, lo que me gusta cuando salgo de noche es que la música me invite a hacer algo más que simplemente bailar. Desde un punto de vista técnico, me gusta que la música tenga ese detalle didáctico y sea capaz de enseñarte algo. Salir de un club y decir “wow, me ha volado la cabeza la manera en la que esta persona ha preparado su sesión y ha unido un sonido con otro.” No sé, me encantaría creer que también puedo llegar a transmitir eso con mis sesiones.
Últimamente me ha gustado mucho descubrir a un dúo británico que se llama Model Man. Le meten mucha música de piano y la combinan con un sonido techno muy fresco que sinceramente recomiendo. Y el segundo nombre que te doy es sin duda Fred Again.
Sí. Ya me gustaba todo lo que ha ido sacando durante el confinamiento, pero su LP me ha encantado. No hay semana que no lo escuche al menos una vez. Se nota que cuida mucho las melodías, que va al grano, le mete mucha honestidad y crudeza a lo que pretende transmitir, es realmente bueno.
Me encantaría, es uno de mis propósitos antes de cumplir los 30, de hecho. Siempre me ha gustado la idea de tener un álbum propio de 14-16 pistas, y sé que tarde o temprano lo acabaré haciendo.
Total, ojalá. Aquello fue una pasada. Es más, a raíz de ello se habló poder seguir tocando ese campo. Ya había trabajado haciendo música para anuncios, pero ponerle música a escenas más cinematográficas es otro rollo, es un orgullo y un placer enorme.
Volviendo a tu papel en la cabina, me consta que recientemente has podido volver a pinchar. ¿Cómo llevas eso de que el público esté sentado?
Pues es bastante extraño. Supongo que los DJs que hayan tenido ya más bolos se estarán acostumbrando, pero sí que es cierto que de primeras cuesta. Se dan situaciones tan curiosas como que si empiezas a subir de revoluciones la sesión y la gente se viene arriba, te dan un toque de atención para que bajes el ritmo y cosas así. Pero bueno, ¿sabes? Aunque se sienta como una experiencia incompleta, yo agradezco enormemente poder volver a pinchar.
Sí, totalmente. Pero me gusta mantenerme optimista y creer que cuando las cosas vuelvan a la normalidad la gente va a responder con todo y volverá a arroparnos. Ha quedado demostrado que la cultura es segura y que el sector del DJ es necesario para nutrirla. Volveremos.