Redacción: Fran González
A menudo nos gusta clamar a viva voz lo maravilloso que sería presenciar la remota reunión de una banda aleatoria que en su día marcó nuestra adolescencia y cuyo reencuentro a día de hoy carecería absolutamente de relevancia musical. Sin embargo, parece que no seamos del todo conscientes del hito que ha supuesto en la música reciente que dos precursores del indie más emotivo y tierno hayan decidido volver a hacernos partícipes de su delicada visión de la vida.
Kings of Convenience es más que una banda. Son dos amigos que confiesan haber pasado más tiempo el uno con el otro que con cualquier otra persona en sus vidas. Sus diferencias no siempre han fortificado su unión, pero con los años han conseguido al menos lidiar con ellas, y que sus dos voces acaben sonando como una sola.
La sensibilidad con la que Erlend Øye y Eirik Glambek Bøe son capaces de mirar a las pequeñas minucias de la vida y convertirlas en magia nos hace darnos cuenta de cuánta belleza imperceptible tenemos a nuestro alrededor. Es algo que no solo advertimos tras este nuevo catálogo de dulzura sonora que han regalado al mundo llamado “Peace Or Love” (Universal Music, 2021), sino también en la manera calmada y distendida con la que estos reyes del sonido quiet se desplazan a través de una escena que después de doce años de inactividad no les ha olvidado.
ERLEND: No, realmente no. Yo estaba tan ansioso por sacar música nueva, que por mí hubiese salido el disco el año pasado. Pero debido a las complicaciones que todos sabemos, decidimos retrasar su lanzamiento. Luego, y en perspectiva, acabamos viéndole la gracia a que saliera este año.
ERLEND: Sí, es un poco lo que ha sucedido con este álbum. Cuando estás trabajando en el estudio, llega un punto en el que pierdes la objetividad y se vuelve necesario tomarse un respiro. Es entonces cuando vuelves a escuchar lo que has compuesto e inmediatamente sabes si lo que has hecho vale la pena o no.
ERLEND: A decir verdad, es algo bastante común en nuestra manera de crear canciones. Son esos momentos en los que la idea simplemente llega. No le vemos demasiado sentido a despertarnos a las 9:00 de la mañana y a estar sentados hasta las 17:00, esperando a que llegue el momento definitivo que nos inspire. Eso solo añade más frustración al artista. La idea llegará a ti, cuando menos te lo esperes.
ERLEND: Para mí, escribir canciones está muy relacionado con el ángulo con el que vemos las cosas y cómo hablamos de ellas sin hablar de ellas directamente. Tomemos como ejemplo esta mesa que tengo enfrente (enfoca con su cámara a una mesa). Podemos mirarla desde este ángulo y describir todo lo que vemos,… (Erlend comienza a cantar):
“Una larga línea viene, y otra larga línea va
y en un punto se encuentran,
todo recto y hacia arriba.”
Lo que estoy tratando de hacer es cantarte sobre una mesa, pero no te estoy nombrando la mesa en ningún momento. Me encanta ese poder que te dan las canciones de permitirte expresar lo que sientes sin realmente tener que decirlo.
ERLEND: No siempre, pero sí que es cierto que ésa es la manera en la que más me gusta inspirarme. Ese momento mágico en el que cualquier cosa puede convertirse en una canción. Vas caminando y sin esperarlo ves algo que hace “¡CLICK!” en tu cabeza, y de repente empiezas a ver ese algo cómo nunca antes lo habías hecho.
ERLEND: Bueno, la diferencia principal es que nosotros somos más viejos y por tanto, nuestras ideas también (risas). Cuando eres joven, envidias increíblemente a los artistas más veteranos porque piensas que tienen un bagaje vital mucho más extenso que les permite escribir canciones, mientras que tú eres un crío sin ideas. Y así es, en efecto, es mucho más fácil escribir canciones cuando eres viejo. El caso de “Peace Or Love” es un ejemplo de ello, porque está lleno de buenos consejos que nos hubiera encantado que alguien nos hubiera dado en su momento.
ERLEND: Sí y no. Realmente, concebíamos esas ideas desde hace años y sabíamos que estaban ahí, pero no ha sido hasta ahora que hemos podido “ver la mesa desde este ángulo”. Como te decía antes, las ideas siempre están ahí, esperando a que tú seas capaz de mirarla con los ojos que debes.
ERLEND: No del todo… Nosotros realmente no hemos hecho nada. Nunca hemos cambiado deliberadamente de sello, pero ya sabes cómo va esto de las discográficas. Una devora a otra, ésta cambia de nombre, se une a otra, luego otra la compra… Y de repente, tu contrato es con una discográfica totalmente distinta a la que inicialmente firmaste. Nuestro contrato original sigue ligado a un sello de Reino Unido, el cual se encarga de la venta de discos y de la promoción. Aunque sea algo que no nos compete directamente, debo decir que este hecho tampoco me enloquece. Si te paras a pensar, no tiene mucho sentido, ya que Reino Unido es prácticamente el decimotercer país que más nos escucha, muy por detrás de otros como México, Portugal, o Italia… Así que, ¿por qué focalizar tanto nuestro mercado en el Reino Unido? No sé, tío, cosas de la industria, ya sabes…
EIRIK: Bueno, ella nunca ha dejado de estar cerca de nosotros. Somos buenos amigos y estamos en contacto regularmente. Lo que pasa es que ha estado muy ocupada con su exitosa y brillante carrera en solitario, y prácticamente desde que firmó con Polydor Records no hemos podido hacer nada juntos, a excepción de algunas ocasiones aisladas en 2013, donde me pidió ser su telonero en Suecia, Dinamarca, y Noruega.
ERLEND: ¡Eh! Yo también fui su telonero en Indonesia, en 2012. ¿Por qué siempre te olvidas de contar eso?
EIRIK: (risas) Bueno, pues eso. Tan solo era para remarcar la idea de cómo de ocupada ha estado en los últimos años… Pero llegó un momento en el nos sorprendió con una llamada para proponernos volver juntos al estudio, allá por 2018. Y entre Berlín y Sicilia grabamos las canciones del disco en las que ella colabora.
EIRIK: Inesperada sería la palabra adecuada, totalmente. Ellas nos ayudaron a escribir ‘Catholic Country’ prácticamente en su totalidad. Mientras estábamos testando el sonido en el estudio, empezó a surgir una conexión muy interesante entre su estilo de crear canciones y el nuestro, jugando con la sonoridad de las palabras y creando ritmos pegadizos. Muy similar a la manera en la que nosotros hemos intentado trabajar siempre. Acto seguido, vimos cómo quedaban sus voces anexas a las nuestras en el coro principal de la canción, ya sabes, ese “the more I know, I want the more I know” y nos encantó el resultado.
EIRIK: Sí, ese tour fue genial. Nos llenó de esperanza ver la buena recepción del público. Cuando estás en el estudio no eres realmente consciente de qué efecto van a causar las canciones, es casi como crear algo a ciegas. Es en el escenario donde realmente las canciones cobran sentido y valor, y donde compruebas si realmente funcionan. Por fortuna, este pequeño tour nos sirvió para quitarnos todas las inseguridades de encima y ahora estamos listos para presentar este nuevo álbum a la gente, que creemos que les va a gustar mucho.
EIRIK: Para mí siempre es muy duro estar lejos de mis hijos. Es por ello por lo que durante nuestro tour, nos aseguraremos de tener la ocasión de parar cada dos semanas y luego volver. De esta manera puedo estar cerca de ellos sin renunciar del todo a estar de gira. Además, en esta ocasión hemos decidido centrar todas las fechas de la gira en Europa, ya que de esta manera es más fácil para mí ir y venir. Pero sí, más allá de esto, estoy muy motivado con el hecho de volver a los escenarios. Me lo pide el cuerpo, no lo voy a negar.
EIRIK: Lo cierto es que no, para ser honestos. La única manera en la que nuestros proyectos paralelos han influido es que nos han quitado tiempo para trabajar en el propio álbum (risas). Más allá de eso, supongo que el hecho de tener otros objetivos y trabajar con otra gente nos ha oxigenado bastante, ayudando así a no agobiarnos y a respetar nuestros espacios personales. Quizás de alguna u otra manera, eso se vea reflejado en el álbum. Lo que sobretodo disfruto de Kings of Convenience es que no es un matrimonio irrompible. No tenemos que tocar siempre juntos. Nos juntamos cuando queremos y disfrutamos de lo que hacemos, pero eso no obliga que mañana vayamos a tener que hacerlo también. Y a decir verdad, esto no es algo nuevo. Lleva siendo así desde que Kings of Convenience empezó. Juntos a tiempo parcial.
EIRIK: Bueno, algo que recientemente he descubierto es que el tiempo que invertimos discutiendo sobre una idea puede ser empleado de una manera más eficiente y asertiva. Es sencillo: cuando ambos tengamos una idea diferente, hagamos ambas. Te pondré el ejemplo de ‘Fever’. Teníamos ideas muy diferentes sobre los arreglos y sobre cómo tocar esta canción. Así que dije “Mira, vamos a hacer una cosa… Grabemos la canción dos veces, una a tu estilo y otra al mío. Ritmos totalmente diferentes. Y entonces decidimos.” Perder el tiempo defendiendo qué idea es mejor que otra no llevaba a nada. Cuando trabajas en el mundo creativo es fácil llegar a malentendidos que socaven la relación y de esta manera creo que hemos conseguido crear un método de trabajo más democrático y menos expuesto a la discusión.
EIRIK: Definitivamente. He estado estudiando psicología durante 7 años, y las únicas veces que he usado lo que he aprendido es para intentar que Kings of Convenience funcione (risas).
EIRIK: No puedo predecir el futuro, pero lo que sí te puedo asegurar es que hemos grabado muchísimas canciones y “Peace Or Love” es solo una colección de algunas de ellas. Hay muchas otras canciones que se han quedado fuera del disco, y sería muy gratificante lanzar otro álbum con esos descartes en algún momento.
EIRIK: ¿Sabes? El título fue elegido por un buen amigo mío. El guitarrista de Kommode, de hecho. Nos dijo que es el tipo de decisión que tienes que tomar cuando llegas a los cuarenta. Se te plantean como dos caminos en la vida y solo puedes elegir uno… El que te lleva al amor o el que te lleva a la paz. Yo, personalmente elegiría el del amor.