Con su octavo álbum en proceso de grabación y la sombra del veinte aniversario de su debut planeando sobre ellos, la banda británica Kaiser Chiefs se muestra decidida a querer que su nombre continúe conjugándose en presente, sin dejar de sonar como sus fans de toda la vida esperan, pero sin renunciar a proyectarse desde la reinvención y el inconformismo. Así lo han demostrado con How 2 Dance y Jelaousy, sus dos primeros singles y una convincente apuesta por arrancar una etapa más juguetona y hedonista con la que convencernos de su relevancia, dos décadas después.
Tanto sus clásicos más coreables como sus nuevas aportaciones podrán ser disfrutadas en España durante la próxima edición del O Son Do Camiño (17 de junio) y del FIB (14 de julio), y aunque su próximo trabajo no goce por el momento de fecha de lanzamiento (se estima que llegará a principios de 2024), hemos tenido a bien charlar con su bajista y miembro fundacional, Simon Rix, para hacer algo de balance de la trayectoria de la banda y, de paso, intentar sonsacarle algo sobre su nuevo álbum.
Bueno, si te hace sentir mejor te diré que yo tampoco he escuchado la versión final del disco todavía [risas]. No está terminado del todo aún, pero le queda poco. La cosa es que lanzamos ‘Jelaousy’ y ‘How 2 Dance’ sin tener acabado aún el álbum porque a finales del año pasado teníamos un tour bastante grande e importante por Reino Unido, y se nos hacía raro embarcarnos en algo así sin tener música nueva en nuestro set. Aún nos queda un poco de trabajo en lo que respecta a masterización, prensado de vinilos, diseño del artwork… Pero créeme, que cuando lo tengamos, me aseguraré de que te llegue una copia.
Lo cierto es que, inicialmente, no teníamos muy claro si queríamos o no hacer un álbum nuevo. Nuestra intención era la de grabar dos o tres canciones nuevas y preparar una suerte de recopilatorio de grandes éxitos, pero después de trabajar con Nile Rodgers, nuestra perspectiva sobre la dirección que queríamos tomar cambió por completo. Cuando trabajamos con él, nos presentó a Amir Amor, quien estaba antes con Rudimental y al poco de conocerle, se disolvió la banda. Prometo que no tuvimos nada que ver en eso [risas]. El tema es que, aunque la producción de esas pistas y el trabajo con ellos fuera principalmente telemático, nos dimos cuenta de que estábamos disfrutando muchísimo haciendo música nueva. Realmente se sentía como una versión modernizada de Kaiser Chiefs que nos convenció de pleno. Además, Amir también se lo estaba pasando en grande trabajando con nosotros y llegó un momento en el que nos confesó que le encantaría hacer un álbum completo con nosotros. Insisto en que nos mantuvimos algo escépticos al principio, pensando cosas cómo "¿qué sentido tiene sacar un disco ya, en pleno 2023?", con Spotify haciendo y deshaciendo playlists con nuestras mejores canciones y demás. Pero poco a poco nos sentimos más cómodos con la idea, y la verdad es que no podemos negar que estemos disfrutando del proceso.
Coincidimos con él en varios festivales, hace unos años. E incluso subió a tocar con nosotros en algún que otro bolo. Nos confesó que se enamoró de la energía que desprendíamos, literalmente. Es conocida por todos nuestra habilidad para atraer buenas vibraciones sobre el escenario y creo que eso le agradó mucho, así que no tardó en proponernos trabajar de forma conjunta. Desgraciadamente, poco después de eso sucedió el COVID, pero nuestras intenciones de hacer algo con él fueron más fuertes y grabamos ciertas cosillas en un estudio al sur de Inglaterra, que posteriormente le mandamos para que las completase. Y así fue. Desafortunadamente, todo fue mucho más telemático de lo que nos hubiera gustado, pero así tuvo que ser. Aun así, Nile no solo contribuyó para ‘How 2 Dance’, sino también para otra canción que aún no ha sido publicada, titulada ‘Feelin’ Alright’, donde se le podrá escuchar improvisando a la guitarra como solo él sabe.
Por lo pronto, puedo decirte que ‘Jelaousy’ y ‘How 2 Dance’ no definen del todo el tono general del disco. En él hay un poco de todas las caras de Kaiser Chiefs, ya sabes, cosas que recuerdan a la vieja escuela y otras que apuntan en direcciones más modernas. Creo que también te puedo decir que a finales de verano sacaremos otra canción nueva y el disco está previsto de llegar a principios de 2024, pero poco más, lo siento.
Realmente, creo que satisfará tanto a fans de toda la vida de Kaiser Chiefs como a nuevos oyentes que estén en busca de un sonido más fresco. Se vienen canciones algo más clásicas, otras más modernas, pero todas ellas marcadas por una actitud que siempre hemos intentado seguir, y es la de ser nosotros mismos y hacer aquello que verdaderamente nos guste. Mucha gente espera de nosotros que volvamos a sacar canciones de radiofórmula o que sean reflejos de la parte más tradicional de Kaiser, pero lo cierto es que ese sonido se generó hace ya dos décadas. Es necesario para nosotros pasar página y continuar evolucionando, colaborando con gente nueva, probando cosas nuevas, escuchando consejos de diferentes personas… y de paso, comprar pedales nuevos para las guitarras [risas].
No te lo niego. Durante esa época recuerdo que todos sentimos un flechazo tremendo por la trayectoria musical de Nile Rodgers y su música fue nuestra forma particular de contagiarnos positivismo y energía. No creo que alguien pueda escuchar su música sin sentirse extasiado de emoción y de buen rollo, y con ciertas canciones nuevas, especialmente ‘How 2 Dance’ y ‘Feelin’ Alright’, quisimos precisamente emular eso. Obviamente, también están muy influidas por esa energía que nos invadió a todos cuando las medidas sanitarias por COVID se aligeraron y pudimos volver a conectar con la gente. Ese sentimiento de hacer lo que quisiéramos, bailar si queríamos, donde fuera y sin importar nada ni pensar demasiado en las consecuencias. Un sentimiento de liberación absoluta que, dicho así, suena muy cursi, pero en su momento se sentía muy inspirador.
Recuerdo que para nosotros 2005 se sintió como un año decisivo. Pasamos de hacer conciertos para, literalmente, quince personas, a despegar de una forma sobrenatural. Aprovechamos el tirón y lanzamos tres discos de forma muy seguida, y con ello no paramos de girar ni un instante durante años. Todos los días teníamos un concierto, un festival, una entrevista, o que coger un vuelo para ir a la otra punta del mundo. Acabamos rotos, y necesitamos desesperadamente tomarnos un respiro. Nos dimos un tiempo y pronto volvimos más fuertes que nunca, lo cual nos terminó enseñando algo muy importante y es saber parar a tiempo con el fin de coger fuerzas. Con el tiempo hemos aprendido, y más ahora, después de tantos años, que plantearse una gira o hacer un disco nuevo conlleva un desgate enorme que no siempre estamos dispuestos a afrontar. Buscar la gente correcta con la que quieres trabajar, dedicarte enteramente a ello de forma total y plena… Es muy duro. Pero luego suceden momentos como en el que nos hallamos actualmente, donde empezamos a escuchar los resultados de ese duro trabajo y nos volvemos a entusiasmar por nuestro trabajo.
Hemos vivido muchos momentos en los que nos ha costado verle el sentido a ciertas cosas o sacar fuerzas para seguir adelante, pero al final siempre terminamos convencidos de que esto realmente merece la pena y disfrutamos de lo que hacemos. Te diré que hasta el COVID trajo cosas buenas, en ese sentido. Hubo un momento, durante aquellos días, que nuestro mánager nos dijo que tendríamos que estar preparados para lo peor y que muy probablemente, nunca más volveríamos a poder dar un concierto como lo habíamos dado en el pasado. Obviamente, luego vinieron las alternativas que todos recordamos, como aquellos conciertos con distancia social y aforos limitados, pero en aquel momento afrontar esa realidad para nosotros fue bastante chocante. Toda una cura de humildad que nos hizo apreciar más que nunca nuestra profesión y sentirnos realmente agradecidos.
Lo cierto es que encuentro bastante reseñable que, mientras una gran cantidad de bandas de nuestra generación actualmente se hallan disueltas o con parte de su formación renovada, nosotros podemos presumir de seguir adelante, siendo prácticamente los mismos. ¿La clave? Creo es que hemos sabido bien cómo cuidar de nosotros mismos. Como te decía antes, nos gusta poder sentir que podemos publicar todo aquello que realmente nos identifica, aunque no vaya a gozar de un éxito comercial rotundo. Además, no nos aburrimos a nosotros mismos ni a nuestra audiencia viviendo demasiado del pasado, con aniversarios o refritos de nuestros éxitos pretéritos, ¿sabes? Siempre estamos pensando en la siguiente cosa.
Nos sentimos muy cómodos y afortunados con el tamaño de nuestro éxito, sí. Quizás esto suene poco ambicioso, pero no creo que un éxito mayor nos hubiera beneficiado en absoluto. Estamos en lo que vendría a ser “el perfecto punto medio”, ya que ser una banda muy pequeña, sin recursos para sacar un disco o girar tampoco es algo que nadie desee, pero ser una banda grande donde tu destino o trabajo están en constante cuestionamiento y miles de zarpas intentan echar mano a lo que haces para modificarlo a su antojo, tampoco nos atrae lo más mínimo. Estamos, como te digo, en el lugar ideal, y nos sentimos muy privilegiados por ello.