Redacción: Fran González
Uno de los efectos más maravillosos que tiene la música y que favorece la conexión entre un artista y su público es cuando el primero decide mostrarse al mundo sin cortapisas ni edulcorantes. Es entonces cuando la crudeza en su máximo esplendor logra hermanarse con el bagaje personal del fan y se crea una comunión única. Michelle Zauner lleva poniendo en práctica este ejercicio catártico desde su debut en 2016, pero no ha sido hasta ahora que su honestidad ha brillado con más intensidad que nunca. Lanzar “Jubilee” (Dead Oceans, 2021) al mundo nos ha ofrecido la oportunidad de ver el renacer emocional y vital de la artista que se esconde detrás del sobrenombre de Japanese Breakfast. Un volantazo artístico con el que ha querido cerrar uno de los capítulos más angostos y difíciles de su joven vida y además mostrarnos algunas de sus múltiples e inéditas facetas catalizadas a través de este proyecto.
Lidiar con una familia moderadamente disfuncional, sobrevivir al colegio siendo una minoría racial o superar la muerte de su madre y de su tía en cuestión de pocos años son algunas de las trampas circunstanciales que Michelle ha tenido que ir sorteando desde que tiene uso de razón. Junto a sus tres álbumes, la artista natural de Eugene decidió este año extender este viaje hacia la liberación y congregar sus íntimas memorias y batallas personales en una novela titulada “Cryinig in H Mart”. De su crecimiento como artista, de su revelación como narradora de no-ficción y de comida coreana hemos podido hablar con ella durante una conversación de lo más cálida y valiosa.
Muchísimas gracias. Me alegro mucho de que te haya gustado. ¿Qué capítulo te ha gustado más?
La verdad es que el capítulo de la boda lo disfruté mucho también. Recordar cómo fueron los preparativos y lo que supuso llevar a cabo el evento durante aquellos días, además de conseguir que mi madre pudiera asistir… También recuerdo pasarlo muy bien narrando los primeros capítulos, creo que son de los más divertidos. Pero si tuviera que elegir uno, elegiría el del kimchi en la nevera.
Más por parte del libro que del disco, sí. Creo que dado que el libro es más abierto y además expresa de manera más directa todo lo que pretendo contar, ha llegado a más gente en ese sentido. Y ha sido realmente intenso escuchar algunas historias. Pero estoy muy satisfecha por la recepción de ambos, tanto del disco como del libro. Al principio pensaba “es imposible que ambos vayan a tener éxito, al menos uno de los dos va a ser un fracaso, o incluso los dos” (risas), pero no, por suerte ha ido todo mucho mejor de lo que esperaba.
Bueno, lo que realmente espero es poder seguir explorando cosas nuevas. Antes de empezar a componer “Jubilee” me di cuenta de que llevaba mucho tiempo nutriendo mis canciones y escribiendo sobre el duelo y la pérdida. Poco a poco comencé a sentirme más preparada para pasar página y experimentar con sonidos nuevos. Y fue entonces cuando empezaron a fluir y a aparecer sentimientos con los que no había trabajado antes. Parece obligatorio que para escribir buenas canciones de rock y pop independiente tengas que ahondar en la tristeza, y no es así. Con este álbum quise abrir ventanas nuevas y para el futuro espero poder seguir trabajando en esa misma dirección.
Quizás en un futuro me gustaría explorar el sonido más clásico del rock y el pop y dejarme influenciar por él. Pero, ¿quién sabe?
Ésa es una pregunta muy interesante… Verás, el batería de mi banda, que es también el productor de los dos últimos álbumes, Craig Hendrix, se encarga de crear a través de la percusión una conexión entre las letras y las dinámicas emocionales de cada canción. Ambos hemos trabajado muy unidos en la producción de este disco y hemos intentado vibrar siempre en la misma dirección. Nuestra máxima en todo momento era que existiera un sentido entre el ritmo y el mensaje, dejando casi en un segundo plano todo lo demás.
Ésa era una de las preocupaciones que estaban en un segundo plano durante la grabación del álbum, a decir verdad. Pero ahora que el disco ya está listo, toca pensar en cómo afrontar el directo. El primer gran cambio es que pasaremos de ser cuatro a ser seis en el escenario, ya que hay una orquestación que antes no estaba. Ya sabes, violines, saxofones, trompetas… Pero en general, el núcleo principal de la banda sigue siendo el mismo. Me gusta conservar el mismo equipo, ya que con los años que llevamos trabajando juntos, hemos desarrollado una telepatía interna que nos permite descifrarnos los unos a los otros en el escenario, y respondiendo a tu anterior pregunta también, eso ha hecho que ellos hayan sabido conectar con las canciones tanto como yo.
Definitivamente, “cómoda” no sería la palabra. Han habido momentos realmente complicados y delicados durante la escritura del libro. Pero a decir verdad, ése era el objetivo de hacer este libro. Cuando notas que estás trabajando recuerdos que te avergüenzan o te dañan es también el momento en el que sientes que estás haciendo algo importante para ti. En ocasiones tenía bloqueos pasajeros en los que me ponía increíblemente nerviosa pensando en qué dirían algunas personas al leer determinados capítulos del libro, pero simplemente trataba de no pensar demasiado en ello.
Desde hace años ha habido muchísima gente que me ha animado a hacer esto. Pero si hay alguien en particular a quien le debo mucho es a Daniel Torday. Un gran amigo que ha sido como un mentor para mí, y sin el cual honestamente no creo que hubiera tenido el coraje de hacer esto. Obviamente, mi marido, Peter, también. El pobre ha leído como diez veces cada frase del libro, y se convirtió en un editor indirecto de la novela. Ha sido mi primer lector, mi primer editor y hasta casi mi terapeuta (risas). Brettne Bloom y Jordan Pavlin, que son mi agente y mi editora respectivamente tienen también mucha culpa de este libro… La verdad es que me siento muy afortunada, porque en ningún momento me ha faltado apoyo para meterme en este lío.
No necesariamente para inspirarme, pero sí que leí muchas memorias o libros de no-ficción escritos por otros artistas y gente de la industria durante el proceso de mi libro. Los de Jeff Tweady, Patti Smith, Anthony Bourdain,…
¡No! Aún no me lo he leído, pero tengo muchos amigos que me lo han recomendado. Definitivamente me lo apunto.
Cuando era pequeña pensaba ilusamente que si quería ser escritora, tenía que ser periodista. Así que desde que iba al instituto, intenté hacer alguna cosilla para los periódicos locales de la zona, y pude escribir alguna columna. Más tarde, estudié Escritura Creativa en la universidad, pero aún así nunca creí que pudiera llegar a sacar un libro de memorias.
Definitivamente estoy segura de que escribiré más libros, pero no estoy segura de si serán de ficción. Me encantaría, a decir verdad, pero lo encuentro más intimidante, y me siento más a gusto narrando hechos que conozco de primera mano.
Wow, ¿qué dices? Qué flipe… ¿Y qué tal fue? ¿Cómo es él?
Oh, Dios, sí… Fue increíble. Solo fue una conversación por zoom para una revista, pero fue maravilloso. ¿Sabes eso que suelen decir de que no debes conocer a tus héroes? Pues no, todo lo contrario. Conocerla ha sido de las mejores cosas que me han pasado recientemente. Me hubiera gustado poder grabar la conversación y escucharla cada noche (risas). Es una persona súper generosa, me apoyó muchísimo con el tema del libro. No sé, fue simplemente genial…
Bueno, yo soy por suerte una artista bastante privilegiada y no puedo quejarme a título personal por cómo las cosas me están yendo últimamente. Y además, me consta que cada vez hay más nombres de artistas asiáticas que están cosechando gran popularidad. Hay algo más de equidad en el negocio, pero eso no significa que la lucha haya acabado. Buscamos tener mucha más relevancia en la programación de eventos o en los roles significativos dentro de los sellos discográficos, y es por ello que deberemos seguir presionando para que nuestro talento sea visto de una manera más constante y regular.
Creo que la cocina ha jugado un papel realmente importante en mi camino de vuelta a la felicidad y al disfrute personal. Empezó a hacerse muy difícil para mí recordar cómo era mi madre antes de su enfermedad, y de alguna manera aprender a cocinar ciertas recetas coreanas me ayudó a recordar a mi madre de la manera en la que la quería recordar.
Realmente hay muchas recetas sencillas en la cocina coreana… Me viene a la cabeza el “kimchi stew” o un “fried rice con “kimchi”… y ¡AH! ¿Has visto la película “Parásitos”? En el film preparan una receta llamada Ram-Dom (o Jjapaguri), que básicamente son noodles con un steak de ternera troceado. Definitivamente para empezar es un buen plato.
¿Sabes? Es gracioso porque a raíz del libro y demás, me pidieron hacer algunos vídeos de promoción del supermercado, rollo colaboración conjunta, y puede que haga alguna firma de libros allí. También me dieron cupones de descuento (risas). Pero respondiendo a tu pregunta… diría que lo último que compré fue kimchi, setas oyster, tofu… Ah ¿y sabes? Es curioso que esté hablando contigo ahora de comida, porque recientemente he estado intentando preparar algunas recetas españolas.
Sí… Fuimos hace poco a un restaurante vasco donde nos sirvieron croquetas de jamón, y más tarde intenté hacerlas en casa, y oye, lo cierto es que me salieron realmente buenas.
Oh, ya lo sé… Primavera. Estamos super emocionados con ese bolo, en serio. Es como un sueño hecho realidad, de verdad. Además, es nuestra primera vez formal en España… Recuerdo que una vez tocamos en un crucero que iba desde Barcelona hasta Cerdeña (The Boaty Weekender), pero nunca en España como tal, de ahí que estemos tan impacientes.
Le diría muchísimas cosas. La primera, pórtate mejor con tu madre. La segunda, no te presiones tanto a ti misma por conseguir tus propósitos, porque tarde o temprano llegarán igualmente. Y para acabar, le contaría que todas las personas que en el pasado le hicieron sentir una perdedora, ahora han acabado realmente mal, así que no se merecen su dolor.