Redacción: Javier Nieto
Tras semanas con Galicia en la cabeza, sin parar de escuchar a Golpes Bajos y a Xoel, tenía muchas ganas de quitarme una espinita y poder escuchar lo nuevo de Xoel López en directo. A decir verdad, no me he quitado la espina del todo, me ha quedado un trocito de esos que se aferran a la carne y hacen callo.
Con dos llenos consecutivos en el Teatro Coliseum de Madrid, Xoel demuestra que pese a la pandemia y la difícil situación musical, se encuentra en un gran estado de forma con su excelente último trabajo Si mi rayo te alcanzara.
Pudimos disfrutar de este nuevo trabajo por completo, comenzando por la íntima El Destello que abre el disco. La banda no estaba al completo y sin bajo, la sección rítmica quedaba descabalgada, pero el formato era redondo, a los lados el excelso Charly Bautista y Adrián Seijas y en la retaguardia Teyou, Ede y Alice Wonder.
Todos forman parte de alguna manera de Si mi rayo te alcanzara. Alice cantó con él Pez Globo y además pudimos disfrutar de su voz en Cometa, con la que se conocieron a través de Instagram. Ede colabora en la preciosa Alma de oro y ayer elevó al cielo Quemas de Deluxe y Teyou hizo las veces de Gabi Moreno en Catarata. Todo, una maravillosa delicadeza de voces femeninas que te agarran a la butaca.
De su discografía repescó éxitos como Tierra, la gallega A Serea e o Mariñeiro o la modernísima Ningún hombre, Ningún lugar que junto a La espina de la flor en tu costado están triunfando internacionalmente gracias a la ficción televisiva.
Dentro de la montaña rusa que es Si mi rayo te alcanzara, destacamos la vaguada personal que es Joana que suena desgarradora y la cima bailable de Dancehall. Antes de los bises, Lodo de su anterior álbum Sueños y pan, cierra un concierto muy íntimo al que pondrá el punto y final Tigre de Bengala que se ha convertido ya en un himno.
Y al acabar es cuando noto que parte de la espinita sigue dentro, que el concierto ha sido fetén, que lo hemos pasado genial y que Xoel está de dulce pero necesitaremos poder quitarnos la mascarilla y poder dejar que Xoel nos haga bailar. Este disco precisa de espacios abiertos, de verano, de bailar agarrado con el que tengas al lado y de disfrutar sin tener los pies en el suelo.