Redacción: Adrián Gallego
En una entrevista para Rolling Stones del año pasado los componentes de Wire comentaban que hay mucha gente que, aunque no hayan escuchado nunca a Wire, si que es probable que conozcan grupos que han sido influidos por ellos. La suya es, como ellos mismos definen, una extraña forma de fama; son la banda más famosa de la que nunca has oído hablar.
Esa extraña fama quizás sirva para entender porqué, pese a su estatus de banda de culto, la visita de Wire a Madrid no consiguió llenar Cool Stage cuando bandas del mismo calibre suelen abarrotar salas más grandes sin demasiados problemas. Para más inri, parte de los asistentes parecían estar interesados principalmente en la faceta punk de la banda, una faceta que, a día de hoy, supone solo una pequeña parte de su extensa discografía.
Wire dejó claro que no tienen intención de vivir de viejos éxitos y explotar sus álbumes clásicos, en el repertorio de la noche apenas incluyeron 3 o 4 canciones de las décadas de los 70 y 80 pertenecientes a discos como Pink Flag, The Ideal Copy o 154. La banda británica ha optado en esta gira por hacer un repaso a toda su discografía a través de un setlist que refleja sus diferentes etapas, dándole mayor visibilidad a los discos más recientes e incluyendo numerosos temas inéditos.
Y es que Wire han tocado todos los palos y nos lo quisieron hacer saber, desde el punk-rock con temas como Three Girl Rhumba (la única canción que tocaron del célebre Pink Flag) o Two People in a Room, al post punk de canciones como Over their, pasando por composiciones más pop como Short Elevated Period o canciones que remiten a Devo como Underwater experiences. A pesar de la amalgama de géneros, la banda consiguió un setlist bastante cohesionado gracias a una buena selección de repertorio y a la machacona batería de Robert Grey.
Aunque Silver/Lead, su último trabajo, apenas tiene poco más de un año, tan sólo incluyeron 2 canciones en el repertorio y el disco quedó en segundo plano frente a los temas inéditos. Entre estas nuevas canciones pudimos escuchar temas en la línea de sus últimos discos y algún que otro experimento interesante como un largo tema con continuas bajadas y subidas de intensidad que se convirtió en uno de los mejores momentos del concierto.
Desde luego no se trató de un concierto memorable, pero Wire consiguió dar un digno espectáculo a pesar de no tocar canciones clásicas para complacer al público. 40 años después siguen a su puta bola.