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Crónica: Shinova en Madrid, sala La Riviera (21-05-2021)

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Shinova (2020)

Redacción: Noemí Valle Fernández

Shinova pisó la sala La Riviera de Madrid con el único fin de hacer memorable aquel viernes 21 de mayo y lo consiguió con creces. Las nueve de la noche se antojaba una hora perfecta para fundir las voces del público con la de Gabriel de la Rosa (cantante), que apareció en el escenario junto con el resto del grupo vasco: Ander Cabello (bajo), Daniel del Valle (guitarra), Erlantz Prieto (guitarra) y Joshua Froufe (batería). Una noche en la que volvimos a gritar “que nada es para siempre”, pero que esos ratos de éxtasis musical en pleno directo, no nos los puede quitar nadie.

La gira de presentación de su nuevo disco La buena suerte, tenía parada obligatoria en La Riviera, cuatro pases en dos días con todas las entradas agotadas, algo que evidencia las ganas de su público por volver a gritar desde las gradas las canciones que nos han acompañado en bucle en cada bache y cada juerga de la vida. Un set list de hora y cuarto en el que se hizo realmente difícil no despegarse del asiento.

La sesión comenzó con Puedes apostar por mí. El quinteto vizcaíno apareció en el escenario cargado de energía y buen rollo, algo que contagió inmediatamente al público, canción tras canción, porque el nuevo álbum suena optimista y alentador, especialmente algún tema como Ídolos que también tocaron para recordar que los mejores momentos siempre están por llegar.

Cuando el grupo decide echar la vista atrás y ataca las canciones del álbum Volver, el público, por inercia, se columpia sin tregua desde la silla mientras suena Doce meses (El año del maravilloso desastre), Para cambiar el mundo y Qué casualidad. Esta última fue especialmente emotiva con toda una sala gritando a pleno pulmón, que la vida es un cruce de casualidades. Shinova no dejó de crear silencios estratégicos tras la euforia de los estribillos para tomar aire y coger el siguiente con más adrenalina, dejándonos con la sensación inevitable de que nos marcharíamos de aquel lugar como dice la canción “con anhelo de volver”.

La voz inquebrantable de Gabriel de la Rosa no defraudó en ningún momento, algo a lo que ya nos tiene acostumbrados, un chorro de voz potente y enérgico que construyó de nuevo himnos como Mirlo Blanco. Uno de los temas más potentes de la discografía del grupo que no deja de recordarnos que vivir es “arder hasta el final”, lo otro es una existencia anémica y eso jamás nos interesó. Cartas de navegación también se sumó a la lista de temas que invitaban a cerrar los ojos y levantar los brazos como una especie de reflejo del propio cuerpo, una canción que dio nombre a ese álbum de 2018 plagado de sonidos limpios y transparentes, perfecto para perderse en los detalles de las propias canciones.

Aquella reunión en torno a la música en directo llegaba a su fin. El público no dejaba de gritar que cantasen otra y otra más, porque queríamos estirar aquella noche como fuera. La euforia se palpaba en el ambiente por eso Shinova decidió cerrar aquel concierto con un gracias en forma de canción. Te debo una canción se mezcló con los aplausos y un tremendo “gracias por ser parte de mi”. Era un agradecimiento mutuo, desde las gradas a los artistas y desde ellos a nosotros, un gracias sincero por conseguir siempre que la música llegue directa a donde tiene que llegar: al corazón.

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