Redacción y fotos: David Moya
El Festival Tomavistas de Madrid cumplirá en 2019 cinco años, y vaya manera de cumplirlos. El festival está consiguiendo crear su propio espacio en la capital y dejar huella, ya que no solo se queda en el evento durante el mes de mayo; si no que nos deleitan a lo largo del año con el ciclo de conciertos Tomavistas Ciudad, donde artistas de toda índole tienen cabida, aunque yo esta vez os he venido a hablar concretamente del sold out que se marcaron el pasado lunes Maria Arnal i Marcel Bagés en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid.
Abrir sentados en una silla, solos los dos a dúo interpretando 45 cerebros y un corazón logra enmudecer a todo el público, cosa que sorprende en un concierto hoy en día. Pero es que quizás lo de esta gente vaya más allá y sus espectáculos sean obras teatrales o performance, solo hay que ver la aparentemente sencilla escenografía que llevan, pero que con un diseño de luces excepcional y su música consiguen mantener al público con la boca abierta.
No os voy a hacer una retahíla de todos los temas que tocaron porque no tendría sentido, pero sí que os voy a contar que la incorporación, totalmente a oscuras y creando una atmósfera que me pone los pelos de punta todavía, de David Soler, productor del disco, y el Niño de Elche por sorpresa fue magistral.
Tras un último fandango para terminar: silencio. El público en pie por tercera vez. No es para menos y no sé si cuando ellos imaginaban un fin de gira pensarían que sería así, pero Maria y Marcel deben estar más que contentos. Pasados dos días tiemblo al escribir, y supongo que eso es muy bueno. Porque creo que lo mejor que puede hacer un artista es lograr que las personas que tienen delante en cada directo se emocionen. Maria y Marcel empezaron el año siendo una de las revelaciones del panorama musical nacional y prueba de ello fue que arrasaron en la gala de los Premios MIN; y la verdad,
