Redacción: Javier Nieto
Valientes los que a primeras horas de la tarde decidieron disfrutar de los artista que sufrían encima del escenario del Festival Gigante 2016. Sol de justicia en la tarde de Guadalajara. Kurt Baker se encargaba de estrenar el escenario Gigante mientas Jacobo Serra hacía lo propio con el escenario Supersubmarina.
Nuestra jornada comenzó con los madrileños nudozurdo. El trío, muy solvente encima del escenario, repaso su trayectoria en el poco tiempo disponible. Largas canciones de rock psicodélico, que fueron calentando más si cabe al escaso público que a esas horas se congregaba delante del escenario. Como siempre cumplieron con nota dando paso a Egon Soda.
Entre grupo y grupo pudimos ver una de las anécdotas de la jornada. Los 200m lisos de Ricky Lavado, a lo Usain Bolt, recorriendo la pista del estadio Fuente de la Niña, abandonando la batería de Nudozurdo para tomar los mandos de las percusiones de Egon Soda, doblete sobresaliente.
La banda capitaneada por el gran Ricky Falkner, nos presentó un rotundo directo cuando ya iba cayendo la noche. Una gran banda con tres enormes discos en el mercado que cerró de manera majestuosa con el terceto formado por Dadnos Precipicios, Nueva Internacional y la festiva Reunión de Pastores, Ovejas Muertas, invitando a sus amigos de Sidonie a subir al escenario.
Los valencianos La Habitación Roja venían a presentar Sagrado Corazón, su último disco, pero con tantos hits y tan poco tiempo, la velada fue una sucesión de canciones coreadas por todo el personal. Podrían estar horas encima del escenario deleitándonos con festivas canciones.
Con algo de hormigueo en las piernas, la menuda Zahara nos mostró como disfrutar del rock encima del escenario. Arropada por una gran banda, con el virtuoso Manu Cabezalí (Havalina) a la guitarra y Ramiro Nieto (The Right Ons) a la batería, nos deleitaron con una hora de delicioso rock y baile que acabó de poner a tono a todo aquel que hubiese entrado frío al recinto.
Llegó la hora de Sidonie, sustituto de Supersubmarina, que sin su nuevo disco todavía en el mercado, tuvieron en sus canciones más consagradas la base de un concierto. Quisieron, como no podía ser de otra manera, tener un detalle con Supersubmarina, invitando ya en los bises a La Habitación Roja a tocar juntos Viento de Cara, tema que da título al último álbum de los jienenses. Bonito detalle.
Llegó la hora de tomarse un descanso y reponer fuerzas pudiendo disfrutar a lo lejos de los directo de La Gran Pegatina y Eskorzo, nuestro pies ya no estaban para tanto baile….
La jornada la cerramos con los burgaleses La M.O.D.A, joven banda que va a tener mucho que decir en el panorama nacional y que con el éxito cosechado con sus dos discos, demuestra en cada concierto como meterse al público en el bolsillo. Buena puesta en escena, que hace que no te quieras perder ni un detalle de lo que ocurre sobre las tablas. El cuerpo no da para más y queda otra maratoniana jornada del Gigante 2016. A dormir se ha dicho.