Redacción: Javier Nieto
El astro Sol comienza a calentar el asfalto madrileño el mismo día que El rojo y el negro comienza a calentar para una carrera de fondo en la mismisima sala El Sol. Es un día especial para la banda ya que hacen su primer sold out y eso queda marcado para siempre. Para la ocasión escogieron a Laredo como open band y la verdad es que no defraudaron. Media hora de actuación de una banda que tiene aires pop-rock, que en ocasiones recuerdan a Pereza, y que habrá que seguir sus pasos tras la publicación de El miedo y la verdad.
Media hora de ajetreo encima del escenario con rápido cambio de instrumentos y cuando acaba de sonar el magnifico Via Chicago de Wilco, Egon Soda sale a la palestra. Seis profusas barbas hacen su aparición, menudo semblante. Vienen a presentar El rojo y el negro, su cuarto disco del que sonaron 8 de las 10 canciones que lo completan. Abren show con Lucha de clases, la misma que abre el disco y que ya suena perfecta. A destacar el buen sonido de la sala y el buen hacer técnico de estos seis magnificos.
Las enormes letras de Ferran Pontón siguen siendo santo y seña de la banda que parecen cerrar un círculo tras la publicación de El hambre, el enfado y la respuesta y Dadnos precipicios, de los cuales sacaron la mayoría de temas para completar el repertorio de la noche.
La banda en directo es una montaña rusa de emociones, desde la delicadeza y pulcritud con temas como Escápula o la nueva Te pierdo, con las que hacen enmudecer a una sala que no para de hablar, hasta la potencia y rotundidad con Reunion de pastores, ovejas muertas o Corre, hijo de puta, corre, como máximos exponentes.
Se les ve disfrutar en una velada especial para ellos y la lista de grandes canciones se van desarrollando conforme avanza la noche, suenan Papel Pintado (la favorita de Falkner), La recuperación, Nueva Internacional, Glasnost (primer single del nuevo disco que ya se mezcla entre los éxitos) o la exquisita Suite#7, la más larga de su repertorio y en con la que demuestran toda su energía con un final apoteósico de delicado ruido, bravo.
Como ya anunciaron no hay bises, por lo que después de más de hora y media de concierto la noche llega a su fin como empezó, con un tema del último disco; El corazón de un mundo sin corazón, con falsetes incluidos con los que dejan un mas que grato sabor de boca a los asistentes. Para abandonar la sala y disfrutar de un adorable Madrid nada mejor que Come Together de The Beatles y con la sonrisa en modo on, para casa. Si surge nueva oportunidad de disfrutar de esta banda no lo dudéis, Egon Soda pegan duro.