Redacción: Laura Ventosa
No resulta nada fácil montar un festival en un entorno rural, fomentar el petit comité y ubicarse en medio de la ola festivalera veraniega. Durante esta época del año, las opciones de festivales son varias, o puede que a fecha de 23 de julio ya se haya exprimido el afán festivalero tras varios fines de semana dándolo todo.
Este año el Festival’Era se consolida y goza de un emplazamiento único, tomando posición a medio camino entre Caldes de Malavella y Llagostera, concretamente en los alrededores de la Masia Can Gascons. Su crecimiento no ha sido exponencial, sino que con el tiempo ha ido calando entre el público, siendo siempre fiel a su ubicación rural y a su curiosa programación que mezcla grupos nacionales e internacionales del indie y la electrónica actual.
Para los que ya habéis visto a Joan Colomo alguna vez, su concierto no fue muy diferente de lo habitual. Se hartó de hacer bromas, de dirigirse al público constantemente y de repasar los temas de su último trabajo Sistema, además de retomar otros temas que han ido configurando su carrera musical. Aún así, nos deleitó con una especie de reverso maquinero extraído del famosísimo Gangnam Style y se atrevió con un tema cosecha propia que en su día elaboró para un medio digital: Felix, estàs penjat. Curiosísima interpretación de los hechos acontecidos cuando el austríaco se lanzó desde la estratosfera.
En el escenario pequeño se pudo gozar de grupos como Twin Drama, Ran Ran Ran, los solicitados Baywaves y la brillante Maïa Vidal, que puso de pie a todos los asistentes e hizo desaparecer las sillas. Mientras tanto, en el escenario grande, Inspira presentó su último disco Greta, aunque no fue hasta los temas recuperados de sus anteriores trabajos cuando el público se acercó a ellos.
Sin duda alguna, uno de los platos fuertes del festival fue el concierto de Hola A Todo El Mundo. Tres años han transcurrido desde la publicación de su último disco Ultraviolet Catastrophe y más o menos este es el tiempo que llevan sin pisar tierras catalanas. Por ello, su presencia en el festival pudo ser un gran reclamo. Presentaron su nuevo disco Away, un tanto diferente a lo que nos tienen acostumbrados, pero que parece ser el responsable de la gran madurez que exhibió el grupo durante todo el concierto. Se cuidó hasta el último detalle, incluso en la vestimenta, de la mano de la Casita de Wendy. Las ganas provenían de ambas partes, público y grupo, que entraron en una comunión de felicidad extrema.
Sin demasiado tiempo para digerir las emociones, llegó el turno para Sohn y su voz capaz de llegar a universos infinitos, que con la mezcla conseguida con los sintetizadores hiptonizó a todo el público. No obstante, todavía quedaba mucho por ver gracias a las últimas actuaciones de Sorry Kate, The Suicide of Western Culture, Julio Bashmore y Marc Piñol.
