Crónica: Vitor Blanco
Los que vivimos en Madrid siempre hemos querido tener nuestro particular Primavera Sound. La oferta de festivales veraniegos se ha multiplicado este año, sí. Pero, sin embargo, seguimos echando en falta una apuesta tan alternativa y atrevida como la de este festival barcelonés casi mítico, para muchos el mejor del mundo. El pasado martes 7 de junio, uno de nuestros festivales – ciclo más querido, el Sound Isidro, y la Sala Joy Eslava unieron fuerzas para traernos a la capital un pedacito del último fin de semana en la ciudad condal. Los elegidos: U.S. Girls y Animal Collective.
Acompañados de Pega Monstros (dos hermanas portuguesas que a las siete de la tarde comenzaban a demostrar una increíble fuerza sobre el escenario con su guitarra y batería) y apenas unos días después de su concierto barcelonés, ambos grupos conquistaron el antiguo teatro céntrico de la sala Joy. La sorpresa la dieron U.S. Girls, quizás porque a quien escribe siempre le ha fascinado su estética revival y su actitud emancipada. Ellas no salieron tan encantadas. Quisieron que recibiéramos bailando el apocalipsis al que cantan pero en Madrid debemos de ser bastante más dramáticos. Eso sí, sorprendieron a todo el mundo (bailara o no) con grandes temas como el Damn That Valley (o Woman’s Work) que corona su último álbum, Half Free.
Los de Animal Collective tardaron en subir al escenario, pero cuando llegaron hicieron pleno uso de los golpes de efecto con un despliegue visual mágico de estética colorida y rostros totémicos, junto los primeros acordes de uno de sus nuevos temas: Hocus Pocus. Con una importante carrera a sus espaldas, que, como su concierto, parece no parar nunca y avanza irrefrenable desde el año 2000 hasta nuestros días, los de Baltimore decidieron la noche del martes dar especial importancia a su último álbum de estudio, el recientemente publicado Painting With.
A él pertenecían esa Hocus Pocus que inauguró la pista de baile, y también Natural Selection o Spilling Guts, continuadoras de los saltos. Toda la fórmula de Animal Collective desplegada: una batería a medio camino entre el ritmo compensado y el descontrol absoluto, sonidos electrónicos casi imposibles y voces intercaladas que parecen realmente difíciles de coordinar. De antes de la publicación de ese último álbum sorprendieron enormemente Loch Raven (de su álbum Feels, publicado en 2005) y Daily Routine (incluido en Merriweather Post Pavilon, 2009). Ambas consiguieron apaciguar las ansias de seguir bailando entre el colorido despliegue de luces e incluso enmudecer una sala impactada por la intensidad y energía vocal de David Portner y Noah Lennox.
Después del estreno de Painting With sonó Gnip Gnop (de su último EP) que rechaza cualquier oportunidad de apuesta arriesgada y continúa esa energía colorida de folk electrónico y psicodélico que el martes noche demostraron lo bien que funciona. Por su parte, The Burglars, una de las canciones más queridas de su último disco, marcó el primer desenlace del concierto. Finalizaba más de un ahora de desenfreno de neopsicodelia continuada, solo alterada por una pequeña pausa.
El regreso al escenario lo protagonizó la desconcertante Bees. ¿Dónde está la batería tecno? ¿Qué ha pasado con las experimentaciones electrónicas? Han desaparecido en esta canción publicada en 2005 que casi parece extraída de la tradición oral asiática. Pero el descanso duró poco: aún no había acabado este corte cuando los golpes rítmicos de batería anunciaban el siguiente paso de baile: Summing the Wretch. Y este tampoco tuvo final. Se acopló ingeniosamente con el himno indiscutible (los saltos de la noche de ayer lo demuestran) de Animal Collective. Habían reservado para el final la bomba explosiva titulada FloriDada que, ahora sí, todo el mundo conocía y bailaba con desenfreno (como había soñado hora y media antes las U.S. Girls).
Abandonaron definitivamente el escenario encantados. Tenían sus razones. En Madrid encontraron el público que no pudieron tener U.S. Girls. Un grupo multigeneracional dispuesto a dejarse los pies y tirar abajo el antiguo teatro a golpes de baile. Ahora se dirigen junto con sus teloneras al NOS Primavera Sound (el hermano pequeño del festival barcelonés que se celebra en Porto, Portugal). A ellos les deseamos un público tan entusiasta como el madrileño. A su futura audiencia, que disfruten de un concierto tan redondo como el nuestro.