Crónica de The Pains of Being Pure at Heart en Madrid, Sala Joy Eslava (15-10-2017)

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19 octubre, 2017
Redacción: dod Magazine

The Pains Of Being Pure At Heart (2017)Redacción: Ro Sánchez

Estábamos hablando del sonido de la guitarra de Christoph Hochheim cuando mi amigo, que estaba también en la Joy Eslava viendo el concierto de The Pains of Being Pure at Heart gracias a la programación de SON Estrella Galicia, entendió entre el ruido de los aplausos que le había dicho que el músico “parecía un niño”, y me respondió: “pues tiene casi cuarenta tacos”. Para cuando intenté explicarle el malentendido, la frase ya me había golpeado. Había olvidado completamente de que ya van cuatro discos de estudio, otros tantos EPs y más de diez años de carrera. Sobre el escenario parecían estar más bien en la veintena: supongo que ser puro de corazón le mantiene a uno más joven.

Hubo unos días de abandono allá por 2014 en la banda. No lo digo por su tercer álbum de estudio, Days of Abandon, que también, sino porque la mayor parte de la formación original dejó la banda. Ahora más que de grupo podemos hablar del frontman Kip Berman y los miembros que le acompañan en directo, que tres años después no han conseguido ganarse el reconocimiento oficial. Sea como fuere, los cinco salieron ante el público más cercanos a la timidez que al entusiasmo, y tomaron las posiciones que no iban a dejar en toda la noche. El bajista Jacob Sloan no paró de mirarse los cordones de las zapatillas, Jen Goma se quedó retraída tras el teclado y en sus coros y el único que parecía tener algo de sangre además de Berman –que alzó la vista hacia los presentes por lo menos el mismo tiempo que estuvo mirando el mástil de su guitarra– fue el batería Chris Schackerman, que no perdía ritmo. Verle tocar Come Saturday y Until the Sun Explodes con ese brío fue uno de mis momentos favoritos de la noche. De esos que, aunque no tengas idea ni de tocar un tambor, hacen que finjas que tienes un par de baquetas en las manos y te pongas a hacer ¿air drums? Eso mismo. Un poquito más que el resto de sus compañeros pero un poquito menos que yo bailando Heart In Your Heartbreak se balanceaba Hochheim. Las mangas anchas de su camisa vintage color beige ondeaban en la sala, y si las tenías en cuenta junto a la cazadora un par de tallas más grande de Berman y la camisa anudada a la cintura de la teclista podías tener un viaje atrás en el tiempo hasta los noventa.

Dada esa escena de quietud –a excepción de contados brotes de dinamismo repentinos que le vinieron a Berman hacia el final del concierto para desplazarse un metro hacia delante y hacia atrás en el escenario–, estaba complicado que el público se desgastara las cuerdas vocales cantando o la suela de los zapatos en bailes. Tienes que estar entregado a la causa, olvidarte de que es domingo, de que el sábado saliste y que el día siguiente es lunes. Y eso al principio cuesta. Pero Anymore se presta perfecta a los coros, en algún momento durante ese riff tan animado de A Teenager In Love has empezado a deslizar los pies sobre la pista encerada de la sala, y para cuando llega When I Dance With You tú ya le estás haciendo honor a la letra y levantando la mano para señalar Berman mientras entonas ese “cuando bailo contigo me siento bien, me siento bien”. Así que, antes de que cierren el primer acto con Everything With You previa a los bises, ya estás en la causa. Sin darte cuenta y sin poder explicar por qué ellos siguen prácticamente inmóviles en el escenario, pero a ti se te ha contagiado ese bailecito tonto y esas ganas de dar palmas.

También puede ser que la entrega se debiera a los litros de cerveza que ya empezaron a correr por la sala desde la actuación de Apartamentos Acapulco, encargados de abrir la noche. Esta banda es uno de los nombres a los que vas a tener que prestar atención esta temporada. Son de Granada, nacieron en 2015 y su disco debut, Nuevos Testamentos, ha salido este mismo año. Una gozada de guitarras etéreas y unas voces muy personales –suenan más a recitar verdades que a interpretar canciones, y eso siempre se aprecia– que corren a cargo de Angelina e Ismael. No siempre tienes las mismas ganas de ver a los teloneros que al artista principal, pero este era uno de esos casos. Se me hizo breve, como una guinda en el pastel: el detalle, lo último que se pone, lo primero que te comes y una de las cosas que más disfrutas.

Hablando de disfrute, The Pains of Being Pure at Heart, sean cinco o sólo uno, debieron de estar pasándolo tan bien como los que estábamos allí con los últimos temas. Justo en el momento en el que se descolgaban los instrumentos y ponían fin al concierto después de This Love Is Fucking Right!, Kip Berman paró a sus compañeros para que tocaran también So True. Ese bis ya había empezado bien con el líder del conjunto saliendo solo a escena iluminado por decenas de luces blancas en esa suerte que es el juego de luces de la Joy Eslava, que lo mismo sirve para acompañar de manera hipnótica ese viaje de Regreso al futuro que te comentaba, que para crear una escena romántica para este Home en solitario e inédito hasta ahora.

Al grano. Sí, la banda o Berman suenan tan bien como sus singles de vinilo en un buen tocadiscos. No, quedarse en casa no era una opción tanto si les seguías desde hace años como si te enganchaste hace muchos menos, porque el paso que hacen por su discografía es una selección más que justa y está preparada a conciencia para que el concierto vaya hacia arriba y tú sigas la misma trayectoria.

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