Redacción: Dani Luengo
Rozando el sold out se presentaban The New Raemon en la sala Apolo para un esperado concierto que prometía ser especial.
Dos horas de recital sin prácticamente descanso, como avisó el bueno de Ramón Rodriguez nada más salir al escenario. Saludando bon vespre a los asistentes, el catalán recalcó que para cumplir con el guión establecido, tendrían que ir a piñón; y es que para tocar la nada desdeñable cifra de 33 canciones no podían permitirse ningún receso, pese a estar cerca de la cuarentena, como comentó con cierta sorna el cantante.
Puestos a buscar una estructura, durante los más de 120 minutos que duró el concierto pudieron diferenciarse cuatro tramos bastante marcados:
Para el inicio del concierto el grupo eligió las composiciones de su último trabajo, el datado el año pasado, "Oh Rompehielos", su quinto LP. El publicó, aún no tan identificado con las geniales composiciones del álbum, no llegó a disfrutar como debiera canciones como Reina del Amazonas o Mientras Sea Intruso, cuyas pesarosas letras, agradable melodía y corta duración, siguen la línea habitual de la banda, pero que por el momento los asistentes no sienten como suyas.
Calentados ya los motores, comenzaron a caer temas más reconocibles de la banda, empezando por tanto a tararearse las sufridas baladas elaboradas a lo largo de estos casi diez años de carrera.
Revisados clásicos como ¡Hoy Estreno!, el grupo con las ganas y el ímpetu de ofrecer un directo memorable, interpretó canciones apartadas de los escenarios los últimos años, como Variables (La Dimensión Desconocida, 2009).
En un mínimo parón la banda dejó sólo en escena a Ramón, que interpretó dos temas antes de que subiese a acompañarle Ricardo Lezón de McEnroe, quien con su potente chorro de voz acompañó a las cuerdas y la voz durante tres canciones. Esta colaboración dará en breve sus frutos; la cosa promete y pronto habrá disco que lo corrobore.
Para el final llegaron los temas más esperados. Aquellos que podríamos denominar grandes éxitos de la formación, ayer sexteto (batería, percusionista y teclados, bajo, y dos guitarras).
De nuevo el vocalista quedó sólo en dos de ellas, una en la que se acordó del propio Rajoy, El Fin del Imperio, y la otra, para la que la que pidió que a poder ser no se convirtiese en un karaoke: Te Debo un Baile. Canción que tanto les ha marcado, y con la que posiblemente el grupo tenga una intensa relación amor-odio (recordemos, como hizo el propio cantante, que la composición no es suya, sino de Nueva Vulcano por lo que mucho no verán por los derechos...).
El fin de fiesta, ya con las luces encendidas, llegó de la mano de "Tu, Garfunkel".
Especial show como se esperaba, que podrá volver a verse repetido a principios de Marzo en Madrid (día 3, Joy Eslava) y Valencia (4, en Wah Wah).