¡Oye, oye...! ¡Que ya es la décima edición del Bilbao BBK Live! Diez subidas al monte Kobetas, donde en la mayoría de ellas nos hemos cruzado con algún suceso paranormal que nos ha impedido cumplir con la idea original de llegar a uno de los escenarios a la hora que teníamos en la cabeza.
Dejando a un lado los primeros momentos de caos en el acceso al recinto del festival, que año tras año siguen sin solucionarse, nuestra tarde comenzó en shorts. Si amigos, los shorts del señor Kevin Barnes, vocalista y animador de Of Montreal, abrieron la primera jornada del Bilbao BBK Live con la presentación de su último trabajo Aureate Gloom editado bajo el sello Polyvinyl.
Puede que Of Montreal sea una apuesta un tanto arriesgada para un concierto a las 18.00, tanto por estilo como por 'popularidad' de la banda, pero el desparpajo de Barnes y esa mezcla de pop, post-punk, funk y psicodélia nos resulto divertida y amena. Y a veces, no se puede pedir más.
Con un estilo totalmente opuesto a la luminosidad de Of Montreal, el trío norteamericano Black Rebel Motorcycle Club dejó caer en bloque su personal losa de rock-garage a medio tiempo con regusto a desierto, asfalto y motor. BRMC fueron capaces de catapultarnos directamente a un viaje por la ruta 66 a base de riffs milimetrados, oscuros y pesados y temas como Six Barrel Shotgun, Spread your love o Whatever happened to my rock ´n´roll. Cuero, sudor y rock, señoras y señores.
Bueno, y el que sudó de lo lindo fue Samuel T. Herring, el bailongo vocalista de Future Islands. La banda de Baltimore ofreció uno de los conciertos más entretenidos de la tarde-noche y en la que se encargaron de presentar en directo, por primera vez en Bilbao, su último y aclamado disco Singles.
Future Islands modulan el synth-pop y el rock a su antojo con temazos como Seasons, The Chase, A song for our Grandfathers o A Dream of You and Me. Si además, situamos en el tablero de juego una figura como la de Herring, con esa atracción y capacidad de transmitir energía fuera de lo común, el cocktail resultante es una bonita fiesta donde no te queda otra cosa que bailar y unirte a la 'berrea' de su frontman. Venga, ¿quien no imitó a Samuel después de su concierto? +1 al paso de streaper, por cierto.
Antes del concierto de Mumford and Sons, los claros cabezas de cartel de la primera jornada del festival, quisimos cenar. La intención de cenar "bien" la dejamos en casa desde el principio, pero al menos queríamos llenar la barriga con algo que nos diera energías para el resto de la noche. Eso de querer cenar y satisfacer una necesidad vital como es la alimentación, tuvo como daño colateral el perdernos el concierto de Counting Crows, el enésimo revival del BBK Live. Honestamente, no teníamos ninguna intención de verles, pero tampoco es de recibo tener que perder una hora en un puesto gastronómico donde además de ofrecer mala comida, también te sablan la cartera. Otro punto a mejora para la organización del festival que...o bien permite introducir comida como en festivales como el Primavera Sound, o amplia su oferta gastronómica.
Mumford and Sons han cambiado mucho desde la primera vez que nos visitaron. Y es que aunque actuaron en el mismo escenario de su primera experiencia en Bilbao, los británicos han pasado de largo de situarse en la exclusividad del indie-folk de sencillo consumo construido en sus dos primeros discos Sigh No More y Babel.
Wilder Mind, su nuevo álbum editado en el presente 2015, es un 'transformer' en toda regla que abraza sonidos más eléctricos y pop tipo 'Coldplay'. En directo no les queda otra que mezclar ambas disciplinas si quieren conseguir que sus seguidores entren al trapo, pero aquí lo que manda es el chorreo de temas que en su momento los auparon al balcón desde donde hoy pueden mirar al público: Little Lion Man, I Will Wait, The Cave, Sigh No More, Winter Winds y demás. Marcus Mumford es muy majete, de aspecto bien podría ser de la Bizkaia profunda, pero el resto...están un poco a su bola, ¿no?. Desde luego, nos gustaron más en su primera visita, pero en realidad 'ni fu, ni fa'.
Continuamos la noche con Capital Cities, un show tan divertido como bochornoso. Divertido, porque tienen (escasos) 'hitazos' de libro. Bochornoso, porque literalmente fue como darle al play y ver a dos colegas en modo Karaoke. Oye, que "tocaron" dos veces Safe and Sound, una en formato remix, y versiones como Nothing compares 2-U o Holiday de Madonna. De traca.
Nuestro particular fin de fiesta fue protagonizado por Disclosure, uno de los momentos más esperados de la noche. Los hermanos Lawrence son, junto con otros nombres como Jamie xx o SBTRKT (entre otros), la nueva savia de la electrónica más fina del Reino Unido.
Aunque están a punto de publicar su segundo álbum de estudio, Caracal, el dúo decidió abrir con temas conocidos como White Noise o F for you y unos trucos de luces espectaculares, para dejar paso a nuevas composiciones con las que dejarnos boquiabiertos y...¡Apagón! Un problema con la electricidad nos cortó el subidón durante 10 minutos aproximadamente, aunque por suerte todo se arreglo y Howard y Guy pudieron continuar con su multi-tarea nivel pulpo dándole a toda la cacharrería que pudieron meter en la maleta.
Su sonido es brutal, las proyecciones suman y, además, disponen de piezas maestras rompepistas como When A Fire Starts To Burn. Petaron Kobetas.