Redacción: Marien Ponce
Lo que ocurrió el día en que se pusieron a la venta las entradas era una crónica anunciada de lo que estaríamos por vivir en el Teatro Eslava de Madrid. Solo 15 minutos después de anunciarse, se colgaba el cartel de sold out. Y, es que, este ha sido uno de los conciertos más atractivos del ciclo Cómplices de Vibra Mahou, que celebraba su décimo aniversario.
Ya desde las seis de la tarde, los primeros fans se agolpaban en la puerta, formando una cola que recorría la calle Arenal. Unos deseosos de escuchar a Amaral y, otros, con ansias de participar en los primeros pogos al ritmo de los Carolina Durante. Ellos fueron los encargados de abrir la noche, precedidos por Arturo Paniagua, quien actuó como maestro de ceremonias y advirtió que estaríamos por vivir un concierto de absoluta complicidad entre las dos bandas invitadas.
Para Diego, Mario, Martín y Juan este ha sido un directo especial. Así nos lo hicieron saber ellos mismos desde el inicio, pues con esta actuación han puesto punto y final a la gira de Cuatro Chavales (Sonido Muchacho, 2022), su segundo álbum de estudio con el que han recorrido multitud de salas y festivales durante año y medio, y, además, los ha llevado a cruzar el charco. Abrieron con Aaaaaa#%!&, siguiendo con el orden al que nos tienen acostumbrados en sus directos, y tras este, frenéticos y con apenas segundos de por medio, iban sucediendo uno tras otros los temas de este disco. El público estaba tan entregado como ellos: saltos, gritos y hermandad coreando cada una de sus letras, entre las que se mezclaron otras más nostálgicas como Necromántico o, su ya mítico, Cayetano. Hubo tiempo para emocionarse y a Diego Ibáñez se le escapaba alguna lágrima al agradecer al público y dedicarles un tema a sus familiares, también presentes.
Lágrimas que se contagiaron a los allí congregados y que aún tendrían más razón de ser cuando Amaral se unió a la banda madrileña para interpretar Joder, no sé primero y el sentimental Sin ti no soy nada de los de Zaragoza. Fue uno de los momentos más especiales de la noche, una unión de ambas bandas, unidos también por sentimientos que traspasan generaciones, tal y como dijo la propia Eva Amaral sobre la letra.
Llegaba el turno de los maños, con la veteranía que les da los 25 años que llevan haciéndonos disfrutar de la música. Con un setlist algo más corto que los anteriores, nos hicieron recorrer su historia a través de algunos de sus temas más míticos como Revolución, Hacia lo salvaje o El universo sobre mí, con la que los asistentes gritaban a pleno pulmón aquello de “quiero encontrar mi sitio”, un himno que hizo vibrar el Eslava.
Para finalizar, volvían al escenario los Carolina Durante y muchos ya vaticinaban cuál sería el cierre del concierto. Los madrileños, recientemente, protagonizaron una campaña publicitaria de Mahou, una oda a la amistad, para la que reinterpretaron el tema Marta, Sebas, Guille y los demás. Y así fue, “son mis amigos” sonó a dueto entre ambos grupos, más cómplices que nunca y demostrando la buena sintonía entre ambos. Sin duda, uno de los conciertos más especiales para muchos, sin embargo, no es el último de este ciclo de directos de Vibra Mahou, aún queda el perreo final con Albany y Juicy Bae el próximo 23 de noviembre.
