dod letter

Crítica: Stella Donnelly - Flood

[kkstarratings]

Stella Donnelly - Flood

No ha pasado tanto tiempo desde la última vez que supimos de ella, pero sí han tenido lugar tantos acontecimientos entre su extraordinario debut y su consiguiente reválida, que con lamento sentíamos que nos hacía urgentemente falta volver a escuchar algo nuevo de Stella Donnelly. Por su parte, la australiana presumía de haber compuesto la friolera de 43 canciones nuevas durante el confinamiento, alimentando aún más nuestras expectativas y ganas de volver a disfrutar de su voz lo antes posible. Donnelly, quien gozó de un gran éxito tras su aterrizaje en la escena, tenía sobre sus hombros la pesada e inquisitiva carga de renovar sus votos tras un impecable primer trabajo, entregado en 2019 de la mano de Secretly Canadian bajo el nombre de Beware Of The Dogs, donde la cantante, sin timidez ni reparos, se lanzaba a firmar alegatos feministas y reivindicativos que ya han quedado para siempre en nuestra memoria y en el empoderador imaginario de su artífice.

Con Flood (Secretly Canadian 2022) sentimos que hay un unánime espíritu de maduración y consagración, donde la cantante va de lo general a lo concreto, abriendo su particular mundo al oyente de una forma más honesta y privada, entregándonos un relato más focalizado en sus relaciones, amistades y familiares, y reflexiones que abogan por acercarnos a esa turbulenta travesía en la que su vida se ha convertido tras abandonar el anonimato y ganar una respetada plaza en el podio de las voces femeninas más destacables del pop independiente actual. Así es como, sin cortapisas ni titubeos, Donnelly se lanza a firmar piezas en las que narra acontecimientos tan íntimos como el desalojo de sus padres cuando ella era tan solo una niña (Lungs), o a probar con arrojo técnicas que se salen de su estilo regular. Hablamos, por un lado, del notable hecho de que Donnelly compuso en origen este álbum enteramente al piano, algo que le llevó a entrar en contacto con el instrumento por primera vez desde su niñez y que ha generado la entrega de una serie de capítulos estéticamente más sosegados y reflexivos (Oh My My My) en los que la australiana ha visto además la oportunidad de combinar las teclas con sonidos de viento (Medals), suscitando un relax preciosista que nos embriagará por completo.

Aunque su delicadeza, esparcida a través de un notorio número de piezas casi de corte folk y suave (Move Me, Morning Silence), pueda ser la consigna principal que otorgue fluidez al álbum, Donnelly también se guarda bajo la manga otros recursos con los que complementar un álbum diverso y a la vez homogéneo. Tan pronto la vemos probar suerte con el spoken word (How Was Your Day?), como entregándonos románticos capítulos cantados a coro entre punteos estivales y luminosos que ponen el vello de punta (ese arranque de Flood tan a lo Fleetwood Mac es simplemente de diez), haciendo de este trabajo una ventana conmovedora al singular universo de la australiana y los engranajes que dan sentido a sus pensamientos. Si el final del verano tiene que tener una banda sonora, debería ser este álbum.

Festivales, grupos y discos de la notícia

MÚSICA RELACIONADA

Belako - Sigo regando

Crítica: Belako - Sigo Regando

14 septiembre, 2023
Romy - Mid Air (2023)

Crítica: Romy - Mid Air

8 septiembre, 2023
chevron-uptwitterfacebookwhatsapp linkedin facebook pinterest youtube rss twitter instagram facebook-blank rss-blank linkedin-blank pinterest youtube twitter instagram