La voluntaria o forzada vuelta al hogar materno como vía de escape y pegamento que recomponga los pedazos de una inspiración agitada es un proceder que recurrentemente hemos podido presenciar en varios artistas en el último par de años a raíz de la sobrevenida situación sanitaria. De este reencuentro con el arraigo más nostálgico no se han podido librar ni titanes de la escena del rock independiente como el quinteto estadounidense Spoon, quienes por vez primera en más de diez años regresaron a su Austin natal para grabar su décimo trabajo de estudio, “Lucifer On The Sofa” (Headz/Matador Records, 2022).
Reconvertidos en una de esas bandas que ya pasan de generación en generación como una parte hereditaria más entre padres e hijos, el quinteto liderado por Britt Daniel nos propone con este decálogo sonoro una regresión parcial al sonido más clásico de la banda en particular y del indie rock por excelencia. Dejamos parcialmente atrás esos ritmos discotequeros y groovies que encendían “Hot Thoughts” (Matador Records, 2017) y que miraban en direcciones más experimentales, en favor de apostar por una tórrida y luminosa rémora de blues y rock and roll que abraza sin complejos las raíces del entorno que ha visto crecer a los miembros esta tropa. Es precisamente esa camaleónica faceta de virar en direcciones opuestas y no perder nunca el rumbo lo que define a Spoon, quienes gracias a esa habilidad de sonar diferentes pero siempre ser ellos mismos han logrado mantener a flote su relevante presencia casi treinta años después de su formación.
Este desarrollo del sentimiento de pertenencia que tan latente sentimos en canciones como ‘The Hardest Cut’ no es más que el fruto de una apuesta personal por dejar atrás cualquier adorno sintético y entregarse a la natural espontaneidad de esa música de raíz que tiñe sus orígenes con galopantes ritmos y letras rasgadas. Muy en esa misma línea veremos que incluso los de Austin se permiten hacerle ojitos al sonido más setentero con ‘The Devil & Mister Jones’, cuya melodía suena tan bluesera como su propio nombre. Se nos concede un breve pero sustancial alto en el camino de esta árida travesía por la geografía sureña de los states con ‘Wild’, donde con mucha puntería el quinteto descarga el álbum con un tema más ligero y pegadizo, que bien podría recordarnos a los mejores trabajos de Primal Scream. Y me permitirán decir que esta comparación no es baladí, pues el aura noventera que se respira a lo largo de todo el LP es bien patente, ya sea bien a partir del sonido, como la mencionada, o a través de letras sencillas, pero directas a la memoria con mucho tino y melancolía (‘On The Radio’). Britt Daniel y compañía no pierden tampoco la ocasión para rebajar las velocidades que algunos de esos temas continuistas en clave de blues como ‘Feels Alright’ marcan en el meridiano del álbum, y apuestan por rematar el disco con un tema homónimo de corte psicodélico y evocador, donde una melodía de saxofón y una fina línea de teclado nos seducen entre sugerentes y deliciosos ecos de pecado.
Más allá de la trascendencia que pueda o no tener este décimo trabajo en la carrera de Spoon, “Lucifer On The Sofa” es una buena manera de demostrarnos que hay proyectos musicales como el de los de Austin que son completamente resistentes e impermeables al paso del tiempo. Ya sea a partir de destellos de pop, soul, rock o blues, Spoon son siempre Spoon. Una de esas propuestas sólidas y estables que aunque el barco se tambalee, ellos seguirán en la cubierta con la cabeza bien alta.