Redacción: Andrea Genovart
Hablar del descontento de UK en canciones ya no es algo original. Mucho menos novedoso. Véase Los Clash. Lo que sí tiene mérito es preguntarse quién era el hater del Reino Unido en el auge del capitalismo; cuando no había Brexit, cuando la inmigración no era el tema principal del meeting de sus políticos, cuando no había ninguna austeridad económica. Entre las respuestas, y hace cinco años como mínimo, aparece el post-punk de bases electrónicas de Sleaford Mods. Ahora todo el mundo ya les conoce - y casualmente todo el mundo dice conocerlos de antes - y su actitud beligerante está más que consolidada, y eso les sitúa como un grupo alternativo de referencia que ahora goza del reconocimiento por lo que siempre partieron. Como sucede con el fenómeno IDLES, por mucha distancia que la banda intente plasmar en las entrevistas.
El dúo de Notthingham ha publicado el pasado febrero Eton Alive (Extreme Eating Records / Everlasting), su quinto disco y el primero editado con su propio sello. Eton Alive se trata de una línea continuista, pero con el matiz de que algunos de sus temas contienen melodías aún más minimalistas e incluso con algún deje pop. También tiene algo de soul. Pero en todo caso, se tratan de pequeñas subtilidades que están por debajo de lo que es y ha sido siempre su seña de identidad. La crítica y la agresividad Sleaford siguen ahí, aunque quizá con un ritmo menos frenético, aunque éste suele ser compensado con melodías más bailables como son las de las canciones Subtraction o Discourse. Sleaford Mods han bajado un poco las revoluciones, y eso probablemente responde a la tranquilidad de no tener que ir siempre al 200% para que tengan contundencia y credibilidad en aquello que dicen. La gente ya sabe cual son sus objeto de denuncia, y por suerte son capaces de verlo ellos también. Después de la caja de pandora que se abrió con el cuestionado referéndum de hace casi dos años, claro.
Los defensores de la clase obrera - que ahora gozan del status de ser una banda acomodada con giras constantes y más dinero que muchos que los escuchamos y nos sentimos reflejados - siguen definiéndose por unas letras reivindicativas e irónicas que hablan desde los contratos basuras y la explotación en barrios periféricos de olor a kebab. De ahí el guiño acusatorio con el título de su nuevo disco: Elton Alive hace referencia a la escuela Eton Old, en Berkshire. Se trata de un colegio - residencia masculina para gente de clase alta fundada en el siglo XV por el Rey Enrique VI de Inglaterra; todo un guiño a un feudalismo moderno que educa a los mismos alumnos que más tarde les hace firmar los contratos a la banda y organizan su carrera musical. El grupo ironiza con esta doble cara de la moneda, pero no cabe olvidar que acceder a ello también es perpetuar. Una reflexión que se se asoma con Negative Script, donde Williamson reconoce estar en un círculo cerrado del que no sabe cómo escapar: “I favored being out of it. / But I got tricked by my tiny mind. / I didn't want to sit here / and loosen up to a rhythm I thought was tight”.
Así pues, en este último repertorio la perspectiva política y de clase, tratada desde un tono agridulce - porque el humor también ha estado siempre presente -, no varía. E incluso se atreven a desenmascarar a los falsos izquierdistas como Graham Coxon - ex guitarrista de Blur - en Flipside, un tema que rescata musicalmente la agitación convulsiva de los anteriores LP: Graham Coxon looks like a left-wing Boris Johnson / The fields are breathing in”. (Pupa). De hecho, When You Come To Up tiene una base y parsimonia vocal que recuerda al The Now Now de Gorillaz que incluso sorprende, puesto que tanta tranquilidad es un rasgo atípico para el dueto en cuestión.
Sleaford Mods, aún su progreso evidente, no dejan de ser y representar ese proletariado del que surgieron. Por muy lejos que ahora esten de serlo materialmente, Jason Williamson y Andrew Fearn conservan esa irreductibilidad que les niega de toda capacidad para adaptarse a cualquier forma o fórmula exitosa del mercado y, por lo tanto, de convertirse en un producto más. Otra cosa es que lo hayamos entendido ahora. Pero independientemente de si permitimos o rechazamos su expansión, su carácter reflejado en su música implica necesariamente negar toda sofisticación. Dicho de otro modo: Sleaford Mods y Eton Alive son un tomas o lo dejas en toda regla. Y ha costado años darnos cuenta, pero al final tomarlo es la opción buena.