Redacción: Sergio Abreu
Rosin de Palo, grupo de música experimental formado en Zaragoza en el año 2018 por el batería Mario Vidal y el contrabajista Samuel Azorín, acaba de lanzar su primera referencia discográfica titulada Lo que dura un recreo editada por el sello discográfico Lago/Cráter (Carrera, Fario, La Gracia, etc.)
El power duo maño nos ofrece un gran LP conformado por nueve cortes que no dejan indiferente a nadie y que, haciendo justicia a su título, dura exactamente lo que dura un recreo: 20 minutos. Musicalmente se pueden intuir las ganas que tienen los intérpretes de tocar toda clase de estilos, a la par que mezclarlos entre sí para irse lo más lejos posible de lo predeterminado. Dicho de otra manera, tienen ganas de jugar y de divertirse, ya que al fin y al cabo, para eso están los recreos, ¿no?
En Lo que dura un recreo nos encontramos ante un trabajo despreocupado, pero de intenciones valientes que transmite muy buen rollo. El disco es tan juguetón e inquieto que nunca sabes lo que te va a esperar en la siguiente canción. A medida que pasan las canciones, podemos escuchar diversos estilos como jazz, funk, dub, pop o incluso synth, pasando por el konnakol, lo cual hace que el disco sea lo más variopinto posible.
Cabe destacar la funky y pegajosa Hardineros del Funk como uno de los momentos más reseñables del disco o incluso la polivalente TXÁ TXÁ UNBE UMDÓ en la que Mario y Samuel son capaces de esbozar trazos rockeros pasados por grooves afrobeat, que por momentos recuerdan a los mejores Tom Tom Club. Otro corte que vale la pena destacar es Un trifásico (cortito de café y con poca leche), que empieza con un riff incisivo de sintetizador para luego acabar sonando como los black midi más pesados, lo cual ha logrado cautivarme.
Nos encontramos ante un disco corto pero conciso, sencillo pero complejo, con un sonido que a veces es antiguo, aunque también moderno, pero sobre todo con pocos contras y muchos pros .Lo que dura un recreo no es un disco para todo el mundo ya que no es un ejercicio convencional. Sin embargo, justo es eso lo que hace que logre abrir la veda del vanguardismo musical (que no es poco) y dar a pie a seguir experimentando y a dejarse fluir, que es algo que se echa en falta en estos tiempos tan convulsos. Me mantengo expectante por saber cuál será el siguiente movimiento de estos jardineros del funk.