Redacción: Andrea Genovart
El tercer álbum del cantautor de Tennessee es precisamente eso: el tercer álbum de un cantante de indie folk llamado Rayland Baxter. Y esto último no es tanto una crítica sino como señalar su intrínseca impersonalidad: algo que hemos oído tantas veces y sin prestar atención que hace que Wide Awake - que comparte título con el brutal álbum de Parquet Courts, lanzado también este mismo año - solo puede dejarte indiferente.
Canciones folk de letras que cantan a las mujeres que están y a las que se fueron, a América de forma irónica - coronándose como el gesto más “gamberro” del disco - pero a la vez de una absoluta sencillez y lejos de ser pretenciosas podrían definir este repertorio de diez temas. No obstante, en él, encontramos varios matices que consiguen que su duración sea amena y fluida por el sonido fresco con el que Baxter consigue distanciarse de sí mismo y no caer en lo repetitivo. Peligro del que, sobre todo en este caso, hay una gran probabilidad.
En este tercer lanzamiento encontramos un poco de todo aquello que gira entorno a una fórmula fácil y sin riesgos, pero que es eso mismo la clave de su aprobado. Podríamos decir que el disco empieza un poco como quien se levanta de la cama con toda la energía del mundo y baila mientras unta tontadas, algo totalmente atractivo pero innegablemente falso, rindiendo así homenaje a su título. Son canciones que parecen llamar a un rock más clásico y que intuyen imitar a artistas como Beck o Ryan Adams, como sucede con Casanova - aspiracional himno del verano que quedó en su intento - o Amelia Baker.
Después encontramos la faceta sensible y conquistadora de Father John Misty (solamente hay que ver la portada y esa camiseta “rota” que lleva puesta), quizá por la que más se conozca al cantante. Se tratan de aquellas semi-baladas muy endulzadas como 79 Shiny Revolvers o Everything To Me que llegan al corazón de cualquiera con síndrome Madame Bovary. Y, por supuesto, ya en último lugar, la vertiente Devendra Banhart, la más beatleniana, de sencillos más rítmicos como Hey Larocco o el mensaje reivindicativo social de Strange American Dream, pista con la que inicia Wide Awake (2018, ATO Records) de una forma tan ligera que decides encadenar la escucha de todas las pistas en el coche, carretera arriba, o en esa tienda escondida de segunda mano pero favorita de todos. Para cerrar, el chico guapo de Tennessee nos sorprende con una acústica, que probablemente sea la canción más distinta: Let It All Go, Man, una pieza minimalista que consigue rozar la fragilidad sin caer en su imagen algo empalagosa.
Wide Awake es un disco de aprobado. Y no porque haya fallos sino porque no hay ningún tipo de logro y, por lo tanto, existe la probabilidad de olvido. En definitiva, música de radio. De buena emisora, pero de radio. De esas que con una es más que suficiente para entretenerte y conocer al artista.
Rayland Baxter visitará Madrid y Barcelona el próximo mes de octubre.