Redacción: Felipe Martínez
En su último álbum de estudio, Have We Met, Dan Bejar combina la mirada nostálgica al pasado con otra indiferente y fría hacia el presente. Rozando el estilo al que acostumbra, esta vez Destroyer muestra nuevas facetas al incorporar sonidos nuevos en su obra.
Como una continuación temática y sonora de Ken (2017), en Have We Met Bejar se aleja un paso más de su repertorio anterior y superpone una instrumentación menos orgánica y más cercana al synth pop con una profunda introspección y una escritura enrevesada y evocadora que gira en torno a la nostalgia y al regocijo en la relativa tranquilidad de la madurez. Las vivencias personales y las muestras de rechazo al mundo actual son el mantra que se repite a lo largo de todo el álbum.
Es curiosamente en The TV Music Supervisor, el único corte que trata una temática menos personal – es una crítica a la figura del Music Supervisor, aquella que se encarga de elegir la música para las series de televisión, y que actualmente está en alza –, donde la voz de Bejar se erige más claramente sobre la música, como si realmente tuviera algo importante que decir, cuando realmente es el corte menos profundo del álbum. Esta es una de las claves del álbum: la contraposición entre unas letras oscuras, con una forma de cantar más personal que nunca, y unas melodías más luminosas, pero que en ningún momento se alejan realmente del ambiente sombrío de la marca Destroyer.
La recreación del crepitar de un disco de vinilo al comienzo de The Raven señala una buscada nostalgia que comienza con “Solo mira al mundo que tienes a tu alrededor/Realmente no, no mires” y que culmina con un “Espero que hayas disfrutado aquí/En la ciudad de las ascuas moribundas”. Unas líneas que refuerzan la mirada nostálgica de un Dan Bejar de casi cincuenta años que repite la fórmula en la inmediata Cue Synthesizer, donde la guitarra del inicio no es más que otra marca (cue) que le retrotrae a un tiempo pasado. También con ese cierto hermetismo que le caracteriza, abrazando en las letras el ambiente sombrío y la neblina que envuelve Kaputt y Poison Season, son constantes las referencias al silencio y a la soledad, pero también la auto referencialidad, como en Crimson Tide, el corte que abre el disco y que podría encajar en la discografía de The War On Drugs, donde hace alusión a The Laziest River.
Have We Met es en definitiva una gran dosis de nostalgia encapsulada en diez cortes por alguien que lleva más de veinte años haciendo música. Pero no son las viejas estructuras de la industria lo que Bejar echa de menos. Tampoco es del todo una voz que afirma rotundamente que todo tiempo pasado fue mejor, aunque la música así lo pueda sugerir. Es una nostalgia vital que se entrevé a través de unas frases ligeramente a medias, que no muestran explícitamente todo lo que hay detrás, pero que también son las que permiten al oyente hacer suyo el discurso y poder identificarse al menos en parte.