Almas En Pena de Inisherin, la nueva cinta de Martin McDonagh, no solo ha supuesto el reencuentro en pantalla de Colin Farrell y Brendan Gleeson (protagonistas del periplo que el director londinense planteó en su pretérita Escondidos en Brujas), ni siquiera es únicamente la mera oportunidad de ver a Carter Burwell al servicio musical de su cine, una vez más. Lo que McDonagh nos propone aquí es una suerte de fábula de argumento sencillo y directo, que gracias a una banda sonora minimalista pero íntima, la trama consigue desnudar progresivamente sus capas narrativas, mucho más profundas de lo que a priori hubiéramos visto venir.
Emplazados en la isla irlandesa de Inisherin y con el telón de fondo de una guerra civil que asolaba al pueblo gaélico en los años 20, nuestros protagonistas, Pádraic (Colin Farrell) y Colm (Brendan Gleeson) deciden poner fin unilateralmente a la amistad que les unía históricamente. Desesperado por saber más sobre el motivo por el que su amigo ya no quiere verle ni en pintura, Pádraic exhibirá todo tipo de maniobras que desvelarán su falta de dignidad, su miedo al cambio y su falta de seguridad y confianza en sí mismo.
La banda sonora de Almas En Pena de Inisherin, por su parte, se encarga de subrayar con acierto la progresiva angustia que Pádraic va desarrollando en su interior a través de noches de insomnio y actitudes auto-destructivas que le harán vivir en una continua agonía. Combinando su trabajo con una acertada selección de clásicos de corte operístico y canciones tradicionales propias del folklore irlandés, la BSO de Almas En Pena de Inisherin se convierte en uno de los trabajos más sobrios y sobrecogedores de Carter Burwell.
Aquí, algunas de las canciones más destacadas de Almas En Pena de Inisherin:
Tras varios vaciles, Pádraic (Colin Farrell) se arma de valor y entra sin titubeos en la casa de su “amigo” Colm (Brendan Gleeson), deshabitada (a excepción de su perro y un gramófono en el que suena ese primer tema de John McCormack), y desde donde precisamente y haciendo honores al título del mismo, puede ver a su amigo partir en solitario por las verdes llanuras de su pueblo, en dirección al pub y sin haber contado con él. Poco después, le veremos repetir la misma estrategia con otro tema de este tenor lírico irlandés del que Colm parece ser tan fan.
Cuando un conflicto entristece nuestros días y pesa con semejante intensidad, el tiempo parece jugar en nuestra contra y avanzar más despacio. Así es al menos como Pádraic parece sentirse tras saber ya, sin atisbo de dudas, que Colm ya no quiere ser por más tiempo su amigo.
En el pub, Pádraic y Dominic (Barry Keoghan) miran con recelo y envidia cómo Colm y su violín se llevan de calle a las mujeres del pub mientras una de ellas interpreta una pieza tradicional del folklore popular irlandés.
Pádraic está tan desesperado, que hasta pide ayuda al párroco de la isla para que interceda en la personal afrenta que divide a ambos amigos. Algo que, por supuesto, no es del agrado de Colm.
Nunca subestimes el poder de una amenaza, por muy surrealista que pueda sonar…
Uno de los temas principales de la banda sonora de la película, que bien sirve para dibujar los días que prosiguen a la nueva normalidad en la vida de Pádraic, forzado a ignorar a Colm, pero consciente de no haber superado en absoluto su pertinente riña. Sus notas acompañarán los pasajes posteriores más intensos de la película.
La cinta emplea este sentido y operístico tema como biombo narrativo, mientras los personajes se resitúan: Colm admira a la luz de la luna la sombra de su dedo cercenado y Siobhán (Kerry Condon), hermana de Pádraic, solloza entre sábanas al ser más consciente que nunca de la soledad que le invade en su vida en Inisherin.
Colm baila con su perro, celebrando que por fin ha terminado su pieza al violín, cantando esta balada propia del folklore irlandés.
La tragedia sacude una vez más la vida de Pádraic, a quien ya no le pueden pasar más cosas. El pobre, desolado y sin lo poco que le quedaba de línea directa con la cordura, ha sufrido una pérdida por partida doble que le ha dejado anímicamente K.O., mostrándonos con claridad que esta cinta oculta un poso de tristeza mucho más hondo y duro del que inicialmente podíamos intuir con su sencilla trama.
Pádraic tiene la oportunidad de rehacer su vida, luego de que su hermana Siobhán le brinde la oportunidad de acompañarle allá donde ella ha logrado reencontrarse a sí misma. Pero por desgracia, la negativa de su hermano sumada a su insistencia por permanecer en Inisherin, serán los desencadenantes de su pérdida total del juicio.
La banda sonora de Almas En Pena de Inisherin está compuesta por el intérprete y músico neoyorquino Carter Burwell, quien firma con ésta su cuarto trabajo junto al director Martin McDonagh, siendo sus antecedentes Escondidos en Brujas (2008), Siete Psicópatas (2012) y Tres Anuncios en las Afueras (2017), ésta última con la que además contrajo sendas nominaciones a los Óscar y Globos de Oro.
Después de tontear con la música en diferentes formatos y desarrollar una fuerte pasión por la guitarra, Burwell recibió la oportunidad de trabajar en la BSO de Sangre Fácil (1984), el debut cinematográfico de Los Hermanos Coen con el que el compositor también daría el particular pistoletazo de salida a su carrera ligada al mundo audiovisual. En los 90s repetiría hazaña con los mencionados, hasta terminar convirtiéndose en el compositor de cabecera de los diferentes trabajos de Ethal y Joel Coen, firmando con ello trabajos orquestales para Muerte Entre Las Flores (1990), experiencias inmersivas para Barton Fink (1991), o trazas de cine negro y música tradicional escandinava para Fargo (1996).
No es, sin embargo, hasta entrada la década de los dosmiles que el compositor comienza formalmente a recibir reconocimiento mediático por sus diferentes trabajos, siendo el Premio Rota Soundtrack del Festival Internacional de Cine de Venecia por Antes Que Anochezca (2000) de Julian Schnabel su puerta de acceso a galardones de todo tipo: un BAFTA a Mejor Banda Sonora por O Brother! (2000), un Premio Emmy por la miniserie Mildred Pierce (2011) y un Satellite por Carol (2015).
Además de sumar incontables reconocimientos por otros múltiples y recordados proyectos compositivos para películas como El Gran Lebowski (1998), Cómo Ser John Malkovitch (1999), Crepúsculo (2008), o Donde Viven Los Monstruos (2009), el último trabajo de Burwell para Almas En Pena de Inisherin promete no pasar inadvertido, tras saberse de sus sendas nominaciones a los Premios Satellite y Premios BAFTA.
Ambientada en una isla remota frente a la costa oeste de Irlanda, ‘Almas en pena de Inisherin’ cuenta la historia de dos amigos de toda la vida, Pádraic y Colm, quienes se encuentran en un callejón sin salida cuando Colm pone fin a su amistad de un modo abrupto. Un Pádraic atónito, ayudado por su hermana Siobhán y por Dominic (un joven con problemas), se esfuerza por reconstruir la relación, negándose a aceptar las negativas de su amigo de siempre. Cuando Colm le plantea a Pádraic un ultimátum desesperado, los acontecimientos se precipitan y provocan consecuencias traumáticas.