Suena inusual que estemos hablando del debut de una artista que ha supuesto una de las voces más reconocidas del pop anglosajón de finales de los noventa y un icono del trip-hop viviente, pero así es, Alison Goldfrapp, quien fuera junto a Will Gregory el 50% del conjunto Goldfrapp, ha decidido a sus 56 años de edad que éste y no otro era el momento de dar formalmente el paso hacia adelante de encabezar una carrera en solitario.
Sin perder la costumbre de aliarse con un productor que perpetúe para ella las mejores bases sobre las que deslizar su talento, la londinense ha unido fuerzas con el misterioso DJ alemán Claptone (siempre oculto tras esa oscura e inquietante máscara de carnaval veneciano), quien pone al servicio de la cantante sus mejores beats en Digging Deeper, el sencillo con el que Goldfrapp anuncia su regreso con nombre propio. Aparentemente, ésta será la primera de varias canciones que compondrán "una colección de colaboraciones con los nombres más granados de la escena club actual", según ha querido remarcar la artista en sus redes.
En un comunicado, Goldfrapp (a quien vimos en formato grupo por última vez en 2017 con Silver Eye, y ya empezamos a intuir su carrera en solitario el pasado año con su colaboración con Röyksopp para aquella Impossible) ha descrito la pista como "deslizarse sin esfuerzo por el aire, en una noche gloriosamente cálida y ventosa, llegando a una pista de baile feliz en una isla de ensueño". Ante esta psicotrópica descripción, poco más podemos agregar, pero sí Claptone, quien pone la guinda alabando el mágico mundo que la artista creó, destacando su voz por encima de todo y lo que suponía para él fusionar su universo con la cantante en esta nueva pista.
